“Se trata de un nuevo terremoto más peligroso a largo plazo que el ocurrido el 12 de enero. No se trata de una amenaza, sino de un ataque muy fuerte a la agricultura campesina, a los campesinos y a las campesinas, a la biodiversidad, a las semillas criollas que estamos defendiendo, a lo que resta de nuestro medioambiente en Haití”, denuncia Chavannes Jean-Baptiste, coordinador del Mouvman Peyizan Papay (MPP) y miembro de la Vía Campesina haitiana.
Chavannes acusa al gobierno haitiano de estar aprovechando el terremoto para vender el país a las fuerzas imperialistas y a las empresas transnacionales. “No podemos aceptar eso”, advierte el dirigente campesino, “debemos iniciar ya la movilización contra este Proyecto, contra la Monsanto en Haití. Necesitamos una fuerte unidad en Haití y una fuerte solidaridad internacional para enfrentar a la Monsanto y todas las fuerzas de la muerte que quieren acabar con la soberanía total de este pequeño país que conquistó su independencia con la sangre de sus hijos y de sus hijas desde 1804”.
Como primer paso en este enfrenamiento, el MPP ha convocado a los campesinos y campesinas a enterrar y quemar todas las semillas de maíz provenientes del Ministerio de Agricultura. Además, la Vía Campesina de Haití está planificando una gran marcha para los próximos días 4 y 5 de junio, con ocasión del Día Internacional del Medio Ambiente.
Antecedentes
Desde que el cura inglés Jean-Yves Urfié denunciara el pasado 10 de mayo que la empresa estadounidense Monsanto donaría 475 toneladas de semillas transgénicas a Haití, junto con fertilizantes y pesticidas, no han cesado las críticas y los cuestionamientos.
Según el Ministro de la Agricultura de Haití, Joana Ford, la donación forma parte de una campaña de su despacho para reactivar el sector agrícola después del terremoto del 12 de enero. Para ello, más de 65 mil hectáreas de tierra están siendo “beneficiadas” con tractores que preparan el suelo, fertilizantes, pesticidas y formación para los agricultores.
A pesar de que Monsanto publicita esta donación como un acto de “generosidad”, si se analizan las condiciones en las que la efectúa, la generosidad se convierte en mera táctica empresarial para incrementar divisas.
Los números
El lucro de Monsanto en el trimestre que cerró el 28 de febrero de 2010 fue de US$ 887 millones. En el mismo periodo del año pasado, su ganancia fue mayor: US$ 1,09 billón. Esta caída del 19% es explicada por el director ejecutivo de la transnacional, Hugh Grant, por la disminución en las ventas de herbicidas y de productos químicos.
Estas semillas híbridas de maíz que donará Monsanto sólo podrán ser productivas y adaptadas al clima tropical haitiano si son tratadas con herbicidas, fertilizantes y productos químicos específicos (producidos por la propia Monsanto). Además, las familias campesinas no podrán reaprovechar las semillas que broten de ese maíz, ya que una de las características de las semillas híbridas es que sólo su primera generación es adecuada para la siembra. Si quisieran continuar produciendo en la próxima siembra, los campesinos tendrían que comprar nuevas semillas de la Monsanto.Al respecto, el cura Jean-Yves Urfié afirma: “Pronto, habrá sólo semillas de la Monsanto en Haití. Entonces, será el fin de la independencia de los agricultores”.
Los “vencedores”
El Proyecto Winner, lanzado el 8 de octubre de 2009 por la Usaid (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), invertirá 126 millones de dólares en los próximos cinco años para construir una nueva infraestructura agrícola en Haití, “con el objetivo de aumentar su productividad”.
Es por intermedio de este proyecto que serán distribuidas las 475 toneladas de semillas de la Monsanto. Según Jean Robert Estime, director responsable por el Proyecto Winner, “las semillas ayudarán a alimentar y suministrar oportunidades económicas para los agricultores, sus familias y la comunidad en general”.