Hoy miércoles 30 de abril el Parlament de Catalunya tendrá la posibilidad de dar luz verde a una propuesta de resolución que oriente las compras públicas alimentarias de la Generalitat de Catalunya hacia un sistema de próximo y más justo.
En los últimos 10 años se ha duplicado el grado de externalización de los servicios de restauración en centros públicos que ahora son ofrecidos a través de empresas de Catering. Los menús que estas empresas ofrecen están llenos de “alimentos kilométricos” que se producen a miles de Km de nuestras mesas y son el ejemplo evidente de un modelo alimentario que genera pobreza, malnutrición y obesidad. Que expulsa a los campesinos que ya no pueden vivir de su trabajo (en los últimos 20 años han desaparecido 7 explotaciones agrícolas diarias en Catalunya) y agota los recursos naturales y provoca entre el 40 y el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
La Generalitat de Catalunya y demás entes públicos gastan entre 200 y 300 millones de euros anuales en compras de alimentos y servicios de restauración. Si esta compra se realizara en mercados locales y en explotaciones pequeñas y medianas dentro del territorio se podrían llegar a generar hasta 100.000 puestos de trabajo, duplicando así el número de personas dedicadas al sector agrícola en Catalunya.
La propuesta de resolución que será debatida esta misma tarde está basada en las peticiones de la campaña “CORTOCIRCUITO”, y apuesta por impulsar la adquisición de productos agroalimentarios de proximidad por parte de la Administración de la Generalitat e incluir en los expedientes de contratación pública criterios de valoración basados en la calidad y el medio ambiente.
¿Quién podría negarse a ofrecer una alimentación sana y de calidad a la vez que se generan puestos de trabajo?
La alimentación de proximidad, basada en circuitos cortos de comercialización, aporta una serie de beneficios reconocidos unánimemente. De aquí resulta, en gran parte, la elección de la compra pública como espacio desde el que poder cambiar la alimentación altamente procesada de larga distancia y servida por grandes empresas de catering a otra basada en una alimentación de proximidad, producida para la agricultura familiar y local, y con una relación mucho más estrecha entre quien produce los alimentos y quien los consume.
Se trata pues de un momento crucial en el que el Parlament de Catalunya puede dar un giro y apostar por los mercados alimentarios locales, una alimentación sana en los hospitales, residencias de ancianos, prisiones y centros de menores a la vez que apuestan por la creación de empleo, la revitalización del sector agrario y un entorno rural más vivo y justo.
Más información sobre la campaña: http://vsf.org.es/cortocircuito