El cambio climático es una innegable realidad cada vez más patente, cuyos efectos están comenzando a hacerse sentir en todo el planeta. No siempre se tiene presente, como sí indican todos los datos, que en el centro del escenario está el sistema agroalimentario. Cuando consideramos la dupla cambio climático y sistema alimentario, en general pensamos en términos de transporte de alimentos o, en alguna ocasión, a la deforestación asociada a la agroganadería. Pero lo cierto es que pocas veces tomamos conciencia de que el manejo de los suelos agrarios, la utilización de fertilizantes sintéticos, la fabricación de piensos industriales, o la destrucción de los mercados locales de alimentos constituyen el núcleo central de las emisiones planetarias de gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo las industrias procesadoras y de distribución de alimentos -que incluyen transporte, empaque, refrigeración y comercialización- son también grandes emisoras. Se calcula que el sistema agroalimentario llega a generar hasta un 50% de estas emisiones. El actual modelo de producción y consumo industrial de alimentos es un gran consumidor de energía, que contribuye significativamente al calentamiento global, además de profundizar la destrucción del medio ambiente y de las comunidades rurales.
El calentamiento global ha puesto en evidencia un secreto a voces: el fracaso y la insostenibilidad del actual modelo de desarrollo, basado en el consumo de energía
fósil, la sobreproducción y el libre comercio. En el debate sobre el cambio climático, resulta urgente entonces cuestionar a fondo el actual modelo agroalimentario, poner en evidencia cómo es una gran parte del problema, y cómo también su transformación puede ser parte de la solución. Así, por ejemplo, una buena gestión del suelo que permita la captura de carbono bajo la forma de materia orgánica, es una de las propuestas que aquí presentamos. Los gobiernos y organismos multilaterales prefieren apostar, en
cambio, por (falsas) soluciones tecnológicas, que abren el juego a la especulación de las trasnacionales y que difícilmente –tal como aquí se demuestra- resuelvanel desastre social y medioambiental.
En este dosier hemos querido presentar algunos hechos, cuestionamientos, preguntas y propuestas sobre cambio climático y sistema alimentario global, conscientes
de la necesidad de profundizar la denuncia, posicionar la problemática en el centro del debate actual y exigir una real justicia climática. Muchas de las soluciones a la actual crisis climática y alimentaria están surgiendo de actores sociales organizados, soluciones que nos pueden ayudar a “enfriar” el planeta y mostrar, de una vez por todas, las raíces comúnmente enterradas del calentamiento global.
Documentos adjuntos
- Cocinando el planeta (octubre 2009) (1.95 MB)