- La única estrategia desplegada en esta cumbre mundial por el cambio climático fue la de la policía danesa, que intentó infructuosamente decapitar las manifestaciones populares deteniendo a líderes de organizaciones y recluyéndolos en “miniguantánamos”, según la jerga usada por estas autoridades.
- No se tomó en cuenta la representación de grupos campesinos en los debates, a pesar de encontrarse entre los principales grupos de riesgo del cambio climático y de los efectos que tiene el agro y la ganadería industrial en el planeta.
La indignación adquirió forma de protesta ciudadana y la respuesta de los líderes mundiales fue reemplazada con porras, gases y “detenciones preventivas” de la policía danesa. Se calcula que 300 personas han sido detenidas cada día desde el 7 al 18 de diciembre, días en que se desarrolló la cumbre. Prácticamente vestidos con armaduras y ayudados por perros adiestrados, se intentó no solo intimidar a los manifestantes sino “decapitar” las marchas y actividades programadas en el COP15, intentando capturar a los principales líderes de estos grupos.
Esta planificación de la policía danesa contrastó con la total improvisación con que se llevaron a cabo las reuniones de la cumbre, donde la principal discusión fue “cómo discutir” hasta un día antes de que se clausurara. Idas y contramarchas, discursos de jefes de Estado que destacaban la importancia de aplicar cambios a las políticas climáticas (pero sin ofrecer cifra alguna) terminaron colmando la paciencia de los activistas, que intentaron ejercer presión sobre los políticos para que así se comprometieran firmando declaraciones vinculantes.
Hasta el cierre de este informe y faltando pocas horas para el final de la cumbre, los países reunidos han sido incapaces de alcanzar un acuerdo.
Campesinado olvidado
A pesar de que según distintos estudios la ganadería industrial genera entre el 18% y 50% de gases que contribuyen con el efecto invernadero, y que la agroindustria ha destruido miles de hectáreas de cultivos de alimentos o de gran biodiversidad (para su utilización con transgénicos o soja, entre otros), la voz de los campesinos ha sido ignorada en esta cumbre.
Hasta el momento, lo que se ha demostrado es que los líderes mundiales no tienen como prioridad el bienestar mundial sino el cortoplacista. Por el lado de los países industrializados, estos han intentado deliberar a puerta cerrada; no sólo reprimiendo a la sociedad civil sino también excluyendo directamente a representantes de ONG en reuniones claves, además de las organizaciones campesinas anteriormente mencionadas. Y por el lado de los países en Vías de Desarrollo, entre cuyas filas se encuentran ambiguamente países como China e India, estos han intentado por todos los medios defender sus intereses con discursos y alianzas, al igual que los países pobres que son productores de hidrocarburos.