El Estado español cancela la deuda con Haití

14/07/2010 | VSF Justicia Alimentaria Global

La campaña ¿Quién debe a quién? recibe con satisfacción que el Gobierno haya cumplido con las demandas de muchas organizaciones sociales y 82 
ayuntamientos quienes apremiaron el ejecutivo español a que ejecutase sin condiciones la cancelación de la deuda haitiana después del terremoto.

Esta semana se cumplen seis meses desde el terremoto que dejó en Haití a más de 200 mil muertos, más de un millón de damnificados y desplazados, y todo un país por construir. Entre las reacciones que siguieron al terremoto, organizaciones sociales e instituciones de diferente índole
clamaron por la cancelación de la deuda que los acreedores
internacionales reclamaban a Haití. Seis meses más tarde el Gobierno español ha cumplido con la promesa de cancelar la deuda bilateral que reclamaba a Haití.

 
Aunque en julio de 2009 la comunidad internacional acordó una importante reducción de deuda externa para Haití, en el marco de la Iniciativa HIPC, en enero de 2010 la deuda haitiana ascendía aún a 891 millones de dólares, principalmente con instituciones como el FMI, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco Mundial, y países como Taiwán o Venezuela. 
 
La sociedad civil a nivel internacional clamó en aquel momento por una cancelación total e incondicional de la deuda de Haití. De los principales acreedores, sólo el FMI tiene pendiente concretar la cancelación de la deuda haitiana, mientras Banco Mundial, BID, Taiwán y Venezuela han anunciado a lo largo de los últimos seis meses sendas cancelaciones.

En el momento del terremoto Haití tenía aún pendiente con el Gobierno español una deuda externa de 27,6 millones de euros, aunque la cancelación de dicha deuda se había acordado en junio de 2009, ésta no se había hecho aún efectiva y no se conocían las condiciones de dicha cancelación.

En aquel momento la campaña ¿Quién debe a Quién? y más de 50 ONG catalanas y del Estado español demandaron al gobierno la “cancelación del 100% de la deuda, sin condiciones, y no de forma parcial ni en el marco de un acuerdo de conversión de deuda como pretende el Ejecutivo español”. 

 
También diferentes partidos políticos se sumaron a la propuesta de las ONG de exigir al Gobierno que acelerase la cancelación de deuda haitiana. Finalmente, 82 ayuntamientos de todo el Estado han aprobado a lo largo de estos meses en sus plenos municipales mociones de apoyo con Haití en la que reclamaban al Gobierno la cancelación de la deuda haitiana.
 
En este sentido, y después de recibir las múltiples demandas de la sociedad civil, partidos políticos de la oposición y administraciones municipales de todo el Estado, el Gobierno español ha comunicado que en junio de este año se han acabado los trámites de la cancelación de la deuda de Haití. La cancelación se ha realizado, tal y como reclamaba la sociedad civil, sin condiciones y por un total de 38 millones de dólares y 1,7 millones de euros. El Gobierno no ha emitido ningún comunicado al respecto pero fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda han confirmado estos datos al Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), miembro de la campaña ¿Quién debe a Quién?

Es un primer paso 
Recibimos con satisfacción esta noticia, sin duda influenciada por la presión política ejercitada desde ONG, movimientos sociales, partidos políticos y ayuntamientos. Esta cancelación debería ser el primer paso para un reconocimiento y restitución de las deudas históricas, ecológicas y sociales que los países del Norte tenemos con Haití. La larga historia de colonialismo y ocupaciones que ha sufrido el país, empezando por las colonizaciones española y francesa, y siguiendo por el intervencionismo norteamericano, que han dado lugar a injustas relaciones comerciales con el país, explotando sus recursos naturales y a sus trabajadores, han generado una importante deuda histórica.

Dicho intervencionismo ha continuado en el diseño y ejecución de la ayuda humanitaria y de reconstrucción post-terremoto. Esperamos que el Gobierno español apueste a partir de ahora por una reconstrucción protagonizada por y decidida desde el pueblo haitiano, respetando su soberanía e independencia.

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