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Porque solo con una nueva política fiscal alimentaria que aplique un IVA del 0% a los alimentos saludables y del 21% a los alimentos insanos podremos asegurar el acceso a una alimentación saludable básica para todas las personas.

«En el año 2016, 90.000 personas han perdido la vida en el Estado español a causa de enfermedades relacionadas con la alimentación insana.»

¿Qué queremos conseguir con el Manifiesto?

1. El acceso a una alimentación saludable básica para todas las personas.

 Una de cada dos personas no puede acceder a una alimentación saludable y se ve obligada a comer de manera insana porque no puede pagarlo. Esta es la principal causa de enfermedades graves en nuestro país. 

2. Un IVA reducido y basado en los impactos en la salud.

 La actual legislación fiscal no distingue entre alimentación sana y alimentación insana y no promueve el acceso a productos frescos y sanos. Únicamente se basa en los grupos de alimentos considerados básicos, al margen de si son o no saludables.

3. Una política fiscal alimentaria que promueva los alimentos saludables y penalice los insanos.

 Pedimos un IVA del 0% para los alimentos saludables y del 21% para los insanos.

 Por estos motivos, FIRMAMOS el Manifiesto para exigir al Gobierno una reforma de la actual política fiscal.

#AlimentacionsaludableIVA0

Motivos para firmar Manifiesto IVA 0

La evidencia científica es incuestionable: la alimentación insana es ya la primera causa de enfermedad y pérdida de calidad de vida en el Estado español

Tal y como se recoge en la campaña Dame Veneno, lanzada por VSF Justicia Alimentaria Global hace unos meses, la alimentación nos está enfermando. En los últimos 20 años, nuestra dieta ha cambiado: el 70% de lo que comemos son alimentos procesados, altos en azúcares, grasas y sal.

En el Estado español, un 40-55% de las dolencias cardiovasculares, un 45% de las diabetes y un 30-40% de algunos cánceres, como los de estómago y colon, pueden atribuirse a la alimentación insana [1]. Una estimación del impacto económico de las enfermedades asociadas a una dieta insana nos ayuda a poner sobre la mesa la magnitud del problema: 20.000 millones de euros anuales[2]. Esto es el 20% del presupuesto en sanidad, una cifra que no para de crecer.

Además, nos encontramos con un problema de clases: la alimentación insana no afecta a todas las personas por igual, sobre todo la padecen las familias con rentas más bajas. Y como resultado, nos encontramos con que estas enfermedades asociadas a la alimentación insana no se distribuyen de manera homogénea en la sociedad. Las clases bajas se ven obligadas a comer peor y, por ello, enferman más.

En el Estado español, el 45% de la población no puede permitirse una alimentación saludable básica. Dicho de otra manera, la mitad de la población no puede costearse la pirámide nutricional. Podemos hacer todas las campañas educativas habidas y por haber; la población puede saber al dedillo cuál debe ser la base de una alimentación saludable, qué alimentos consumir y cuáles evitar; pero aunque estos esfuerzos consiguieran un éxito total, la realidad es que una de cada dos personas no podría llevarlo a la práctica y seguiría comiendo de manera insana por obligación.

Como ejemplo, sabemos que el precio de las frutas y verduras ha aumentado considerablemente desde 1990 (un 2-3% al año de promedio o un 55-91% entre 1990 y 2012)[3]. Al mismo tiempo, la mayoría de los alimentos procesados estudiados son más baratos ahora que en 1990.

De entre las diversas fórmulas de las que disponen las Administraciones para actuar sobre el precio final de los alimentos (como las ayudas a la producción o la comercialización), la política fiscal es una de las más importantes.  Actualmente, la política fiscal alimentaria y la política sanitaria son disonantes: no existe coherencia entre la actuación fiscal sobre los alimentos y los programas de alimentación saludable; empujan en direcciones opuestas. Y dentro del contexto europeo, el nuestro es un caso anormal, ya que la mayoría de países, de una manera u otra, actúan sobre los precios de los alimentos sanos y los insanos (abaratando unos y encareciendo los otros). Se trata de avanzar hacia una fiscalidad alimentaria más justa y eficaz para conseguir mejorar la salud de la población, y no —como ocurre actualmente— dificultarla.

En nuestro país, apenas hay diferencia fiscal entre el IVA de las frutas, legumbres o pescados y el de la bollería industrial o las bebidas azucaradas. Un hecho que no tiene ningún sentido desde el punto de vista sanitario. Por ello, exigimos un cambio de la actual política fiscal alimentaria consistente en generar esa diferencia para conseguir promover el consumo de unos y reducir el de los otros. Reducir el IVA de los alimentos saludables al 0% y aumentar el de los insanos al 21%.

La aplicación de los tipos de IVA reducido y superreducido a los alimentos por parte de la Dirección General de Tributos se basa fundamentalmente en las definiciones que el Código Alimentario hace de los grupos de alimentos considerados básicos. No se tienen en cuenta otros factores como el impacto en la salud o la asequibilidad de ciertos alimentos para determinados grupos de población. Es un caso realmente peculiar dentro de la UE, donde en la inmensa mayoría de países, los alimentos de perfil nutricional claramente insano tienen un IVA superior al de los alimentos básicos o los que presentan un mejor perfil nutricional.

El sistema impositivo español refleja inconsistencias profundas con las actuales realidades de consumo y con las propias políticas de  promoción  y  protección  de  la  salud  de  las Administraciones estatales y autonómicas.

Si el Gobierno no actúa urgentemente sobre el acceso a alimentos sanos para la mayor parte de la población, lo pagaremos con nuestra salud y la de nuestros hijos.

Firma el Manifiesto y exijamos YA al Gobierno una reforma de la actual política fiscal que facilite a TODOS y TODAS el acceso a una alimentación saludable.

#AlimentacionsaludableIVA0