La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar un informe tan demoledor como silenciado por los medios de comunicación. Una de las afirmaciones más contundentes alerta que de cara a 2015 llegaremos a la cifra de 1.500 millones de personas con problemas de obesidad. El caso es que existen ya en el mundo 42 millones de menores de cinco años con sobrepeso, y sorprende constatar que la obesidad, hoy en día, causa más muertes que la insuficiencia de ingresos. . En España, por ejemplo, el sobrepeso afecta al 63% de los hombres y al 45% de las mujeres y la obesidad al 19 y 16% respectivamente.
Para atajar este problema, la OMS insta a los gobiernos a implantar cambios radicales en las políticas agrarias y alimentarias poniendo especial énfasis enregular y poner coto a una de las puntas de lanza del gran conglomerado corporativo de grandes empresas de la alimentación, la publicidad. De hecho, la propia OMS ya afirmó que tanto la publicidad como otras formas de marketing de alimentos y bebidas dirigidas a los niñospromueven el consumo, en su mayor medida, de productos ricos en grasas, azúcares o sal. Se trata de un marketing que, sin ningún tipo de regulación, invade escuelas, guarderías, supermercados, lugares de juego, consultorios y servicios de atención familiar y pediátrica, televisión, Internet y demás, y que obviamente influye de manera determinante en las pautas de consumo de la población.
No estamos hablando de un problema actual y que no haya generado debate a lo largo de los años, un ejemplo de ello es que en países como Noruega, Suecia y Quebec se decidió en su día prohibir toda la publicidad en la programación infantil. U otros países como Perú, Ecuador o México hayan seguido recientemente el mismo camino, o Irlanda que recientemente acaba de publicar una regulación muy estricta sobre los alimentos “malsanos” ricos en grasas, sal y azúcar. Lamentablemente no podemos decir que el estado español haya llevado a cabo ningún tipo de medida en este sentido.
Y tampoco podemos afirmar, ni de lejos, que la publicidad alimentaria en nuestro país esté basada en productos que fomenten una dieta saludable. Los investigadores del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), tras revisar 80 horas de emisión de cuatro canales de televisión españoles y analizar los alimentos y las bebidas que se promocionan, concluyeron que el perfil nutricional es poco saludable en la mayoría de ellos.
Para hacer frente a esta situación no disponemos de ningún mecanismo de regulación, sino únicamente un Comité de Autorregulación, casualmente creado en 1995 por las principales empresas anunciantes, agencias y medios de comunicación, ya pueden imaginarse que desde entonces hasta la fecha no ha existido ninguna sanción ni requerimiento.
¿En qué dirección juega nuestro gobierno?
Poco tiempo ha tardado nuestro gobierno en responder al informe de la OMS, demostrando con ello que no seguirá las sus recomendaciones en cuanto a implementar regulaciones y cambios en políticas públicas. Pues la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) y la Fundación Alimentum acaban de lanzar una campaña publicitaria en televisión de “Hábitos de Vida Saludables” (HAVISA). Una campaña que en su contenido explicita ser un reflejo “del compromiso del Gobierno en la lucha contra el exceso de peso y el sedentarismo”. Pero si rascamos un poco, solo un poco, y nos fijamos quien forma parte de la Fundación Alimentum, nos encontramos, no sin estupor, a las grandes empresas de alimentación, y de bebidas azucaradas.
Así, dentro del patronato nos encontramos con que su presidente es D. Xavier Orriols lo Arumi, presidente de PepsiCo para el Suroeste de Europa, el vicepresidente es D. Javier Robles Gonzalez, presidente de Danone, S.A., el tesorero es D. Tomás F. Pascual Gómez-Cuétara, presidente del Grupo Leche Pascual, como vocales podemos encontrar a D. José Manuel González Guzmán, presidente y Director General de Bimbo Iberia, o D. Ignacio González Hernández, CEO de Campofrío España y D. Marcos de Quinto Romero, Presidente de Coca-Cola Iberia y la lista continúa.
¿Realmente las multinacionales están interesadas en una alimentación saludable?, ¿qué persigue el Gobierno al realizar esta campaña? Todo indica que nuestro gobierno no se hace responsable de los datos y medidas drásticas exigidas por la OMS. Olvida que la alimentación es un derecho y no una simple cuestión de mercado, y que la flamante nueva Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, no debiera ser un organismo más al servicio de las grandes corporaciones sino garante de nuestra salud pública.
Grandes corporaciones que han ido incrementando su poder a través del control de la cadena agroalimentaria, la invasión en los supermercados de alimentos preparados, congelados, comida rápida, bebidas azucaradas, y con un aumento exponencial de un componente clave en toda esta jugada, el aumento exponencial de la introducción y consumo de azúcar. ¿Están ellas preocupadas por la salud y el bienestar de las personas?
Quizás ha llegado la hora que los gobiernos protejan debidamente el derecho a la salud de sus poblaciones, quizá haya llegado por fin el momento de que exista una regulación fuerte sobre las dietas malsanas que nos son ofrecidas y que consumimos vorazmente.
Quizá ha llegado el momento en que los ciudadanos reaccionemos y exijamos el respeto a nuestro derecho a una alimentación sana y justa.