El bombardeo de imágenes que difundieron sobre Haití los medios de comunicación buscaron el impacto, más no la reflexión. Y si bien se logró sensibilizar en algo, este despliegue pirotécnico de los medios también creó una cortina de humo que encubrió a los verdaderos responsables de que Haití se haya mostrado especialmente vulnerable frente a la reciente catástrofe natural que ha padecido.
Es por ello que la Federació Catalana d'ONG pel Desenvolupament (Fcongd) convocó a una mesa redonda el viernes 5 de marzo en su sede del Raval, en Barcelona, donde invitó a exponer y debatir a representantes de organizaciones, entre las cuales estuvo Veterinarios sin Fronteras.
La jornada se inició con Javier Laviña, profesor de Historia de América de la Universidad de Barcelona, quien enfatizó en que el peor terremoto que ha sufrido Haití no es el neoliberal (como sugería el título de la mesa redonda) sino el liberal, el de aquellas personas que proclamaron en el siglo XVIII Liberté, égalité, fraternité... “Siempre y cuando no fueras negro”, puntualizó. Además, reivindicó el papel clave que desempeño la mano de obra esclava de origen africano para que la Revolución Industrial pudiera ser una realidad en Occidente. Luego, Laviña hizo una contextualización histórica de Haití, recordando las sucesivas invasiones sufridas por el pueblo haitiano, las indemnizaciones a los que fue sometido y las infames dictaduras apoyadas por las potencias europeas y estadounidense.
Después fue el turno para Iolanda Fresnillo, del Observatori del Deute en la Globalització, que pidió que se haga efectiva la anulación de la deuda que Haití tiene con el Gobierno español, además de señalar la ilegitimidad de los créditos FAD-ODG y advertir de que esta no es una forma de hacer efectiva la cancelación de una deuda, como hace poco se anunció oficialmente desde el Gobierno.
Veterinarios sin Fronteras (VSF), que lleva trabajando 15 años trabajando en Haití, fue representada por Carles Soler, quien viajó recientemente a este país para evaluar la situación en general y de los proyectos que viene desarrollando VSF en la zona. Al iniciar su exposición, Soler destacó las múltiples iniciativas del pueblo haitiano por salir adelante en medio de las dificultades previas al terremoto. También recordó que Haití era antes antes un país que prácticamente podía autoabastecerse con producción agrícola local hasta que se le empezó a invadir con alimentos subvencionados, como el arroz estadounidense; lo cual ha vulnerado el sistema agrícola de la isla.
Por otro lado, criticó la militarización de la isla y cómo se está manejando el tema de la ayuda humanitaria, que se ha concentrado en la ciudad de Puerto Príncipe, olvidándose a los afectados que viven en las zonas rurales del país. Al respecto, ofreció el dato de que se está produciendo una fuerte inmigración de las ciudades al campo (250.000 personas, hasta ahora), pues las zonas urbanas han quedado destruidas. También insistió en que Haití ya estaba organizado antes de que viniera la ayuda humanitaria, y que si no hubiera sido por sus redes sociales, la cifra de muertos por el terremoto sería ahora mucho más elevada que la registrada hasta el día de hoy. Es por ello que criticó que las ONG internacionales prácticamente hayan ignorado a las organizaciones locales y que empezaran ha distribuir la ayuda sin consultar a nadie.
A todo esto, hizo mención del papel de los medios de comunicación, que priorizaron imágenes de caos y de violencia en Haití (lo cual preparó el terreno para la llegada de los marines estadounidenses), además de buscar historias e imágenes de personas occidentales socorriendo a los damnificados locales, sin mostrar lo que hacía el propio pueblo haitiano por salir adelante. Al respecto, cabe mencionar que el Ejército estadounidense ya ha iniciado su retirada de Haití el lunes 8 del presente mes, en medio de las protestas que hicieron distintas ONG y personalidades por su presencia en la isla.
Finalmente, Jordi Calvo, del Centre Delàs-Justícia i Pau, puso sobre el tapete la peligrosa asociación que últimamente se hace entre intervención militar y ayuda humanitaria, lo cual ha llegado en casos extremos como cuando se quiso hacer pasar el presupuesto de la intervención militar española en Bosnia como ayuda humanitaria, el camuflaje de aviones del Ejército colombiano como si fueran de la Cruz Roja para realizar operaciones militares o los vehículos que se pintan de blanco en el Congo para fines bélicos.
Al finalizar las intervenciones, el público asistente mostró especial interés por cómo los medios de comunicación masivos “editaron” la realidad de Haití según sus propios intereses, ante lo cual se les invitó a que busquen plataformas informativas alternativas a la televisión y a la prensa en general.