Recorrido político en Haití: hitos + destacados

20/01/2010

Datos históricos desde 1492

  • Fue colonia francesa desde 1697, convirtiéndose en la más próspera. Producía el 40% del azúcar y el 60% del café al nivel mundial.
  • En 1804, tras una revolución llevada por los esclavos, se convirtió en el primer país latinoamericano independiente, la primera república negra del mundo y el primer imperio poscolombino del hemisferio. Se proclamó la República en 1860, pero fue aislada a nivel internacional por los grandes estados esclavistas y colonialistas (EE.UU. y Europa).
  • El siglo XIX es marcado por una gran inestabilidad interna y enfrentamientos entre dos clases sociales que todavía hoy en día marcan la sociedad haitiana: los mulatos y los negros. Esto divide al país en dos partes.
  • Como en muchos países de América Latina, 1915 -1934 marca la ocupación militar de EE.UU., seguida por un largo periodo de inestabilidad política (sucesión de golpes de estado) hasta 1957.
  • De octubre de 1957 al 22 de abril de 1971, el dictador Francois Duvalier fue presidente con apoyo de su policía de seguridad, los 'Tonton Macoutes'. El 22 de abril de 1971, ocupó la presidencia el hijo de Duvalier, Jean Claude, quien huyó del país en febrero de 1986 con destino a Francia.
  • En 1986, el país inició un proceso de transición hacia la democracia con la constitución del Consejo Nacional de Gobierno, encabezado por el teniente general Henri Namphy, a la vez que se convocó una Asamblea encargada de redactar una Constitución que fue aprobada en referéndum en marzo de 1987.
  • Entre 1986 y 1990, se genera un periodo de continuos intentos de golpes de estado y de elecciones democráticas.
  • El 16 de diciembre de 1990, se celebraron elecciones presidenciales, legislativas y locales, que dieron la presidencia de la república por amplia mayoría (67,5 %) al sacerdote salesiano Jean-Bertrand Aristide, del Frente Nacional para el Cambio y la Democracia (FNCD). Arístides fue derrocado el 30 de septiembre de 1991 por un golpe militar encabezado por Raoul Cedras. Aristide partió al exilio y la OEA decretó el embargo económico contra el país en octubre de 1991. Tras una mediación del ex presidente estadounidense James Carter, Arístides regresó a Puerto Príncipe el 15 de octubre de 1994.


Hasta la crisis de 2004 y las elecciones de 2006

  • Consulta presidencial del 17 de diciembre 1996, en que no participó Aristide. Se presentaron 14 candidatos y consiguió la victoria René Preval (Organización Política Lavalás, OPL), que ganó con el 87,9% de los votos en unas elecciones en las que sólo participó un 28% de la población.
  • El 26 de noviembre de 2000, fue electo nuevamente Aristide. Las elecciones son fraudulentas: ni la oposición (conjunto de grupos de la sociedad civil y empresarios privados) ni las instancias internacionales reconocen los resultados, lo que resulta en el bloqueo de la cooperación bilateral (Unión Europea y Estados Unidos). Días antes de la toma de posesión de Aristide, que se produjo el 7 de febrero de 2001, la Unión Europea suspendió la ayuda financiera al país en tanto no se restablecieran los principios democráticos.
  • A comienzos de 2002, Estados Unidos y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se sumaron a la UE y suspendieron la asistencia económica. A comienzos de septiembre de 2002, la OEA aprobó una resolución por la que apoyaba el levantamiento de las sanciones económicas internacionales a cambio de la formación en el plazo de dos meses de un Consejo Electoral que organizara elecciones en 2003, pero el período expiró sin que se alcanzara un acuerdo.
  • Mientras tanto, Aristide entra en la línea de los asesinatos y tiranos que han gobernado Haití desde hace dos siglos: disolución de las fuerzas armadas, creación de una policía a su sueldo apoyada por las quimeras y pandillas de los barrios pobres armados para ejecutar el trabajo sucio. Impulsa una política de tolerancia cero para los pequeños delincuentes, pero en un país  donde el tráfico de droga y la corrupción se dan a los más altos niveles del poder. Se persigue a los periodistas, militantes de a oposición, sindicalistas, lideres estudiantes y defensores de los derechos humanos; además de destruirse el material de algunas estaciones de radios.
A nivel económico y social, es una catástrofe: fuerte devaluación de la moneda local la gourde, seguida por una inflación muy importante, epidemia de SIDA muy alta (con especial incidencia en las mujeres, el 60%), no-acceso al agua potable (el 29% de la población), la luz y otros servicios básicos. Ello hace que Haití se convierta en el país más empobrecido de América y, además, con una de las poblaciones más pobres y con mayor exclusión del mundo.

Aunque existen marcos legales básicamente correctos para el desarrollo de los sectores rurales, la capacidad de ejecución gubernamental es muy limitada y la población vive prácticamente divorciada del Estado. La corrupción y el narcotráfico son elementos preocupantes en el gobierno de J.B Aristide, que ha defraudado las esperanzas que la población tenía en su retorno. La única respuesta de su gobierno fue pedir a Francia la restitución de más de 21 mil de millones de dólares, correspondientes a lo que pagó Haití para su independencia en 1804.

En 2003, a partir de ciertas actuaciones de Aristide o grupos pro-Aristide, se inicia todo un proceso de movilización del pueblo y de la oposición que retoma la calle para manifestar su oposición a la violencia e impunidad de los policías y quimeras. Las manifestaciones terminan de forma muy violenta con enfrentamientos contra movimientos pro Aristide y la policía. Se suman, a los grupos de la oposición política, grupos de ex militares desmovilizados en 2004. 

Con la entrada en la oposición de los movimientos populares y estudiantes, se dan manifestaciones reclamando la partida de Aristide, que terminan con enfrentamientos más y más violentos y una huelga general. Las reacciones internacionales fueron muy débiles.

Enero de 2004: la insurrección se apoderó del país.

Febrero de 2004: la presión de estos grupos armados, unida a las demandas internacionales de la oposición civil pacífica y organizada, culmina con la salida de Aristide del poder, dejando una situación de institucionalidad muy precaria en el estado, una economía desarticulada y un nivel de enfrentamiento social preocupante entre sus defensores y opositores.

Entre febrero de 2004 y mayo de 2006, un gobierno de transición se encargó con muchas dificultades de la gestión corriente de los asuntos estatales y hasta las próximas elecciones (presidenciales, territoriales) realizadas entre febrero y abril 2006, tras haber sido pospuestas 4 veces.

A pesar de 3 cumbres organizadas a nivel internacional, las promesas de apoyo financiero de parte de la cooperación internacional no se cumplieron todavía, y se estima que sólo el 50% de los fondos prometidos fueron desembolsados.

La presencia de 8.000 soldados enviados por la ONU (Minustha: Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización Haití) no soluciona el grado de violencia e inseguridad que sigue siendo muy elevado en todo el país, particularmente en la capital Puerto Príncipe, donde existían desde hace dos años zonas de no derecho controladas por los quimeras, exigiendo el retorno de Aristide.

El nivel de delincuencia y violencia fue tan alto y pareció tan incontrolable (más de 10 secuestros diario, robos, asaltos, incendios de espacios públicos y tiroteos en las calles) que, una vez más, el país enfrentó un periodo de exilio masivo de la población, huyendo y emigrando hacia otros países.

Especial atención merece la situación de violencia que padecen las mujeres: organizaciones no gubernamentales en Haití han revelado un aumento en la denuncia de la violencia sexual. El número de casos de mujeres y de niñas ha aumentado en un 40%, de 1.100 casos en el 2007 hasta 1.600 en 2008. Y esto, a pesar de que existen más de 8.000 soldados al mando de la ONU en el país. Según un informe de Amnistía Internacional, del año 2008, el 58% por ciento de las violaciones y los actos de violencia sexual estuvieron dirigidos contra niñas de entre 19 meses y 18 años.

Las elecciones previstas en septiembre de 2005 y pospuestas 4 veces, se desarrollaron en este clima muy tenso e inseguro en febrero 2006. Estas fueron marcadas por su muy mala organización, coste muy elevado y una ingerencia importante de la comunidad internacional. A pesar de estas dificultades, el nivel de participación de la población haitiana fue muy elevado.

La proclamación de los resultados de la primera vuelta siguió este esquema de mala organización, mala información y especulación.

René Preval, candidato de Aristide, poseía una larga ventaja, pero no alcanzaba los 51% de los votos necesarios para no convocar una segunda vuelta. Tras movilizaciones y amenazas violentes de las organizaciones populares pro Aristide, se decidió repartir los votos blancos y nulos entre los diferentes candidatos, lo que permitió la proclamación de René Preval como ganador de las elecciones presidenciales.

La segunda vuelta para las elecciones legislativas para elegir el Parlamento y el Senado tuvo lugar en abril 2006, las cuales fueron marcadas por una movilización muy débil (menos de 16%), pero con un clima mucho más relajado.
Las elecciones locales (municipales y legislativas complementarias) tuvieron lugar en diciembre de 2006 y fueron marcadas por una baja participación y tentativa de fraude.

A pesar de la llegada al poder de un gobierno legítimo, y tras unas semanas de treguas, la inseguridad y la violencia existentes en el país, y particularmente en la capital de Puerto Príncipe, siguieron siendo muy altas.

El fenómeno del secuestro ha complicado la situación de violencia: extranjeros, religiosos, ricos, pobres, toda clase de personas han sido raptados. Algunos miembros de la Policía Nacional de Haití, sectores políticos y de la burguesía figuran entre la banda de delincuentes que apoyan esta 'industria'. Las pandillas (chimeres, grupos de apoyo a Arisitide) mantuvieron niveles de criminalidad muy altos, particularmente en la capital Puerto Príncipe, donde, por ejemplo, el número de secuestros por día superó el de un país como Colombia. Los secuestros crecieron hasta 60 por día durante el mes de diciembre 2006.

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