Agrocombustibles: una duda razonable

01/07/2007 | VSF Justicia Alimentaria Global
INTRODUCCIÓN. Recientemente ha entrado a formar parte de las agendas políticas y los debates nacionales e internacionales todo lo relativo a los llamados biocombustibles. Este documento pretende aportar datos y realidades de los aspectos más controvertidos de estos productos.
 
JUSTIFICACIÓN Y ENTRAMADO. La UE ha desplegado una serie de normativas, recomendaciones y estrategias sobre las energias renovables y dentro de ellas existe. Emanando de la normativa europea, también España ha desarrollado el Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010 que tiene los mismos dos grandes objetivos que el plan europeo: Por un lado la reducción de la dependencia energetica y por el otro la necesidad de cumplir con los compromisos ambientales internacionales que ha asumido el Estado Español, especialmente el Protocolo de Kyoto referente a las emisiones de CO21. Los principales objetivos y razones esgrimidas para implementar estos planes consisten en:
 
A/ Mejorar los ratios de autosuficiencia energética, y
B/ Los motivos medioambientales, especialmente, los relativos a los “compromisos” de la UE en el protocolo de Kyoto referentes a la reducción de los gases de efecto invernadero (GHG, por sus siglas en inglés).
 
De entre las diferentes líneas de estas estrategias, una de las principales es la que hace referencia a los biocombustibles, cuyo marco político viene definido en la Estrategia Europea para Biocombustibles2. En España, el PER abarca distintos sectores y estrategias, también una de las más importantes se refiere al capítulo de Biocarburantes. En los dos casos, se trata de la sustitución progresiva de los combustibles fósiles derivados del petróleo en el transporte por biocombustibles. Existen dos grandes tipos de biocombustibles, el bioetanol para “sustituir” a la gasolina y el biodiesel para el diesel. Este documento se centra en este último.
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