La campaña ¿Quién debe a quién? recibe con satisfacción que el Gobierno haya cumplido con las demandas de muchas organizaciones sociales y 82
ayuntamientos quienes apremiaron el ejecutivo español a que ejecutase sin condiciones la cancelación de la deuda haitiana después del terremoto.
Esta semana se cumplen seis meses desde el terremoto que dejó en Haití a más de 200 mil muertos, más de un millón de damnificados y desplazados, y todo un país por construir. Entre las reacciones que siguieron al terremoto, organizaciones sociales e instituciones de diferente índole
clamaron por la cancelación de la deuda que los acreedores
internacionales reclamaban a Haití. Seis meses más tarde el Gobierno español ha cumplido con la promesa de cancelar la deuda bilateral que reclamaba a Haití.
En el momento del terremoto Haití tenía aún pendiente con el Gobierno español una deuda externa de 27,6 millones de euros, aunque la cancelación de dicha deuda se había acordado en junio de 2009, ésta no se había hecho aún efectiva y no se conocían las condiciones de dicha cancelación.
En aquel momento la campaña ¿Quién debe a Quién? y más de 50 ONG catalanas y del Estado español demandaron al gobierno la “cancelación del 100% de la deuda, sin condiciones, y no de forma parcial ni en el marco de un acuerdo de conversión de deuda como pretende el Ejecutivo español”.
Es un primer paso
Recibimos con satisfacción esta noticia, sin duda influenciada por la presión política ejercitada desde ONG, movimientos sociales, partidos políticos y ayuntamientos. Esta cancelación debería ser el primer paso para un reconocimiento y restitución de las deudas históricas, ecológicas y sociales que los países del Norte tenemos con Haití. La larga historia de colonialismo y ocupaciones que ha sufrido el país, empezando por las colonizaciones española y francesa, y siguiendo por el intervencionismo norteamericano, que han dado lugar a injustas relaciones comerciales con el país, explotando sus recursos naturales y a sus trabajadores, han generado una importante deuda histórica.
Dicho intervencionismo ha continuado en el diseño y ejecución de la ayuda humanitaria y de reconstrucción post-terremoto. Esperamos que el Gobierno español apueste a partir de ahora por una reconstrucción protagonizada por y decidida desde el pueblo haitiano, respetando su soberanía e independencia.