VSF (BARCELONA).- Para el Banco Mundial, hay palabras clave que son sagradas, como “inversión” y “libre mercado”. Es por ello que, ante la creciente ola de compras de tierras en África, Latinoamérica y el Sudeste asiático por parte de los países ricos, ha preparado este año un documento donde ofrece recomendaciones para que esta práctica sea más 'justa' y 'beneficiosa' para ambas partes.
El mismo BM reconoce en este documento que “en aquellos lugares donde los derechos no están bien definidos, el gobierno es débil y hay sectores cuya voz no es tomada en cuenta, hay evidencia de que esta inversión puede conllevar distintos riesgos, como el desplazamiento de poblaciones, negación de derechos, aumento de la corrupción, reducción de la seguridad alimentaria, daños ambientales, pérdida de estilos de vida... polarización de la sociedad e inestabilidad política”.
Y añade: “Muchas iniciativas de agricultura a gran escala han fracasado en el pasado. Algunas veces, principios errados sobre la economía de gran escala agrícola han sumergido a muchos países en la dependencia de los subsidios agrícolas, en vez de generar riqueza en los mercados, consiguiéndose pocos beneficios sociales y económicos”.
Para evitar estos resultados, el BM propone una serie de principios que evitarían estas y otras catástrofes derivadas del cada vez más voraz apetito por tierras en los países en Vías de Desarrollo. Estas directrices incluyen que no se debilite la seguridad alimentaria sino que se refuerce, que los procesos deadquisición de tierras sean transparentes, que se consulte a los directamente afectados, que se respete la ley, que los proyectos sean sostenibles a largo plazo, que los beneficios de la inversión se distribuya equitativamente y que se “minimicen los impactos negativos”, entre otras recomendaciones.
Como se sabe, esta tendencia tiene como objetivo utilizar campos dedicados a la alimentación para el cultivo de biocombustibles o monocultivos, con lo cual se pone en riesgo la seguridad alimentaria de quienes trabajan estas tierras. Por el contrario, los agricultores y la sociedad civil afirman que lo que se necesita es:
- Mantener las tierras en manos de las comunidades locales e implementar genuinas y reales reformas agrarias, para asegurar un acceso igualitario a la tierra y los recursos naturales.
- Apoyar la agricultura, pesca y pastoreo ecológicos de pequeña escala, incluyendo programas para que este tipo de producción pueda ser suficiente, saludable y segura para todos.
- Generar políticas de garanticen la soberanía alimentaria y se apoyen los mercados locales y regionales, donde la gente pueda participar y beneficiarse de ella.
- Promover los sistemas agrícolas orientados a las comunidades que garanticen su control sobre tierras, agua y biodiversidad. A la vez, fortalecer las medidas que impidan la entrada de grandes corporaciones.
Y, por último, ante esta iniciativa del Banco Mundial, incidir en que ningún tipo de principio puede justificar el acaparamiento de tierras.