Veterinarios sin Fronteras publica un informe sobre las ayudas que se otorgan desde la PAC. En él se especifican los principales receptores de las subvenciones publicas destinadas a la producción agrícola: las grandes empresas del agronegocio.
Descarga el Informe: Una injusticia llamada PAC
Los multimillonarios de la PAC. Freixenet, Nueva Rumasa, el Pozo o Campofrío se embolsan los montos más importantes procedentes del dinero del contribuyente europeo en calidad de ayuda a la producción agraria.
La Política Agraria Común (PAC) es la política macro más incidente en la realidad agraria europea y estatal. Siendo una de las políticas más importantes en el sistema institucional de la Unión Europea, la Política Agraria Común (PAC) gestiona las subvenciones que se dan a la producción agrícola en la Unión Europea. Según los datos publicados recientemente, el dinero del contribuyente sirve básicamente para financiar a las grandes empresas del sector alimentario y al agronegocio.
Grandes empresas como Freixenet, Nueva Rumasa, El Pozo, Casa Tarradellas o Campofrío son algunas de las receptoras de montos considerables de ayudas para la producción agrícola. Los millonarios de la PAC saldan sus cuentas a final de año con millones de beneficios, y además, se embolsan unos tantos más procedentes de los presupuestos públicos.
En el estado español en concreto solamente el 16% de los beneficiarios/as se quedan con el 75% de todas las ayudas, es decir, que la inmensa mayoría (el 84%) se tiene que conformar con un pírrico 25% del dinero. Esto traducido en números absolutos significa que poco más de 200.000 beneficiarios/as se han embolsado casi 4.300 millones de euros, o que los 58.000 mayores beneficiarios se han repartido la mitad de las ayudas, más de 2.600 millones de euros. En el estado español reciben ayudas un total de 900.000 personas/entidades.
Desde Veterinarios sin Fronteras apoyamos una reforma integral de la PAC. La sociedad europea no puede ni quiere seguir subvencionando al agronegocio, y menos en detrimento de la agricultura familiar socialmente responsable, que mantiene vivo el medio rural y que utiliza sistemas de producción en simbiosis con los ecosistemas. Pero más allá de las ayudas, la gran reivindicación actual se sitúa en otro punto: el abandono gradual e inexorable de las políticas de mercado de la PAC, por eso apostamos por la necesidad de regulación de los mercados y unos Estados que reajusten y pongan coto una cadena agroalimentaria absolutamente controlada y condicionada por las grandes corporaciones.