Recorrido histórico de la economía agraria en Haití

20/01/2010

Situación Actual. Existen un total de 907.800 hectáreas (ha) de terrenos dedicadas a la agricultura. De éstas, 556.300 ha corresponden a agricultura de montaña y 351.500 ha son planicies, 500.000 ha corresponden a pastizales y 251.000 ha a bosques, para un total de tierra utilizables de 1.658.800 hectáreas. Hay, además, una superficie de tierra no cultivable de 1.080.000 ha. Haití es un país con sus ¾ partes de terreno montañoso y con infraestructuras de trasporte muy limitadas; lo que aumenta el aislamiento de las zonas rurales de producción agrícola. 

Haití está también situada en una zona de ciclones y tormentas tropicales. Los factores climáticos y geográficos particularmente desfavorables se agravan por la deforestación (desde la colonia, para cultivo de exportación y exportación de madera noble) y los modos de cultivos inapropiados (sin medidas de protección de los suelos, en pendientes, con cultivos de ciclo corto, dejando el suelo desnudo), lo que inició el circulo vicioso de la erosión de los suelos: pérdida importante de la fertilidad de los suelos y aumento de las superficies cultivadas. Además, grandes superficies de llanuras áridas se caracterizan por suelos salinos inadecuados para el cultivo. 

A pesar de estas limitaciones, la agricultura haitiana representa el 26% del PIB (el 7% de las exportaciones y el 30% de las importaciones) y ocupa el 66% de la mano de obra. Por ello es un pilar de la economía. Las cifras macroeconómicas indican que la producción agrícola del país ha crecido a un ritmo medio anual de 0,4%. Este índice representa un crecimiento bastante débil como para cubrir la necesidad alimenticia de una población que según las estadísticas crece a una tasa anual del 2%. Esto da como resultado un desequilibrio entre la demanda y la oferta de productos. A nivel macroeconómico, hay una constante reducción en cuanto a la contribución del Sector Agropecuario al Producto Interno Bruto (PIB). Esto se nota en el hecho de que PIB agrícola por habitante pasó de 276 gourdes en 1995 a 155 gourdes en 2002. 

La producción agropecuaria haitiana se caracteriza por un sistema minifundista de subsistencia: 600,000 pequeñas explotaciones –correspondientes a 36% de la población– de una superficie promedia oscilando entre 0.5 y 1.8 hectáreas de tierra trabajadas de una forma muy rudimentaria. En el censo de 1971 (ver tabla siguiente), se muestra que 67,3% de la población total vivía de la explotación de menos de 1 carreaux (1.29 ha), mientras que 2,5% de la población total explotaba más de 5 carreaux (6,45 ha). La superficie total de pequeñas y medianas explotaciones (menos de 3 carreaux – 3,87 ha) representaba el 73,1% de las superficies explotadas. Y esto sin tener en cuenta el modo de ocupación de estas parcelas. Sin embargo, este minifundismo podría corregirse con una verdadera reforma agraria, puesto que el 80% de los campesinos y campesinas trabajan tierras que no son suyas y el 49% de los campesinos y campesinas no poseen tierra. La propiedad de la tierra sigue en manos de comerciantes y de personas integrantes de la élite militar y política del país que residen en Puerto Príncipe o en el extranjero. En este contexto el acceso de la mujer a la tierra es casi imposible. Las leyes no priman este acceso y las normas consuetudinarias y el machismo dominante impiden totalmente este hecho.

Los cultivos principales son arroz, maíz, sorgo, arroz, frijoles, bananos y plátanos, raíces y tubérculos (yuca, batata, ñame, etc.), destinado al mercado interno; y el café, el cacao, los mangos y aguacates, que se destinan a los mercados de exportación. La ganadería (bovina, porcina, caprina y ovina) forma parte del sistema tradicional diversificado de producción campesina, representa el sistema de ahorro que permite financiar los gastos sociales, como la educación. Los métodos de cultivo y las herramientas utilizadas son muy rudimentarios. A pesar de ello, el campesinado haitiano conserva una enorme cultura y saber sobre el manejo de las tierras, suelos, producción y reproducción. El haitiano y la haitiana son campesinos y campesinas que cuidan con mimo su “jardín”. Conocen cómo combinar cultivos y reproducir las semillas para poder disponer de nueva planta durante la siguiente estación.

De la época colonial a 1804. Haití desarrolla desde los inicios del siglo XVI una agricultura colonial esclavista: grandes plantaciones (azúcar, café, índigo, etc.) para la exportación hacia Europa y beneficio de los colonos y de los estados esclavistas. En el contexto de la Revolución Francesa (1789), los colonos blancos y los mulatos de la isla desean librarse de la metrópoli, pero manteniendo la esclavitud como modo de producción. 

1791: Primera revuelta importante de los esclavos tras la ceremonia del “Bois Caiman”. Muchos esclavos y esclavas se levantaron en los ingenios y plantaciones contra sus patronos huyendo a los bosques y formando sus propias comunidades de esclavos y esclavas libertarias; siguiendo las costumbres africanas. Los esclavos y esclavas cimarrones (fugados) llegaron a ser un problema serio de seguridad.

1792: La llegada de dos gobernadores franceses para liberar a los esclavos y esclavas en 1793 trae nuevos aires a la isla. Se edita el primer código rural y las grandes explotaciones se mantienen bajo un nuevo sistema de ‘caporalismo agrícola’. Los esclavos y esclavas se denominan cultivadores y están obligados a quedarse en la tierra y trabajar en estas bajo una disciplina militar, pero con una gestión más democrática (colectiva). Las familias de cultivadores comparten ¼ de las ganancias de las explotaciones. 

Toussaint Louverture, en su intento por independizar Haití, pretendió entre sus primeras medidas nacionalizar toda la tierra productiva del país. Eligió mantener la opción del sistema del caporalismo agrícola, controlando con los militares hasta la vida religiosa y privada de las familias cultivadoras y editó un código rural muy estricto que establecía una legislación para el mundo rural diferente de la legislación urbana. Quería restablecer la agricultura de tipo colonial, con producción para la exportación (azúcar, café, índigo, etc.). Las grandes explotaciones fueron arrendadas a la mayoría a la élite militar negra. Para evitar la parcelación de las grandes explotaciones, prohibió la vente de tierras de menos de 50 carreaux. 

De 1804 a finales del siglo XIX. Jean Jacques Dessalines quiso desarrollar una política de apoyo a los “negros desposeídos” que participaron en la guerra de independencia y ordenó un programa minucioso de redistribución de la tierra. Sin embargo, este programa encontró un rotundo rechazo por parte de la élite militar y de la clase mulata independista. Esta posición política de Dessalines le costó la vida el 17 de octubre de 1806 cuando fue asesinado en Pont Rouge (Puerto Príncipe) después de haber reprimido a la oposición de su política en el sur .La muerte de Dessalines originó y consolidó el latifundio oficialista puesto que las élites independentistas se hicieron con las tierras y el campesinado fue encerrado en un nuevo ciclo de esclavitud impuesto por los neo-colonos (jefes militares, mulatos independentistas, etc.).

Entre los años 1807 y 1820, el país fue dividido en dos partes: el reino del norte dirigido por el Rey Christophe, y el sur dirigido por Petion. En el norte, se siguió la política implementada por Toussaint, distribuyendo tierras a sus jefes militares y teniendo a las y los cultivadores bajo un régimen feudal. En el sur, se vendieron y arrendaron tierras, y la opresión y las obligaciones para las y los cultivadores se suavizaron (el trabajo seguía siendo obligatorio, pero podían elegir las explotaciones en las cuales querían trabajar). La superficie mínima de adquisición de tierra bajó a 10 y después a 5 carreaux. Se adoptó la práctica ‘a media’ entre los propietarios y los cultivadores y cultivadoras, práctica todavía muy usada hoy en día. 

Mientras, dos de los más famosos líderes campesinos, Goman y Acaau, organizaron sendos movimientos campesinos en el norte y en el sur, exigiendo una reforma agraria. Este movimiento reconocido con el nombre de ‘Los Cacos’ se desarrolló especialmente en el periodo entre los años 1815 y 1919. Estaba compuesto por campesinos desposeídos.

A la muerte de Christophe en 1820, el país se reunificó bajo la presidencia de Boyer, gobernando la isla desde 1821 hasta 1843. A partir de 1843, los campesinos armados en el norte (denominados ‘Cacos’) y en el sur, los ‘Piquets’, son movilizados contra Boyer con el pretexto del rechazo a la aplicación del código rural y la Corvée (obligación por el campesino de trabajar gratuitamente en la construcción y mantenimiento de caminos rurales e infraestructuras propiedad de los grandes propietarios). Estas revueltas, si bien eran justas, fueron fruto de las manipulaciones de Riviere Herard para llegar al poder en detrimento de las y los campesinos. Aunque se logró expulsar a Boyer, las revueltas en el campo continuaron debido a la insatisfacción de las familias campesinas. Ante esa situación, el senado decidió elegir para la presidencia a los viejos representantes de cada facción, gente con honorabilidad y respeto entre los suyos, pero con poca capacidad intelectual. Así se mantuvo el senado hasta 1859.

Pero los 'Cacos' nunca fueron desarmados y estuvieron siempre listos para la rebelión, y durante más de medio siglo constituyeron la Espada de Damocles para cualquier dirigente político que se opusiera al orden establecido, ejerciendo su poder de forma ejemplarizante incluso contra los que ellos mismos apoyaban. 

Desde 1900 - 1980. A partir del principio del siglo XX, grandes compañía norte americanas se implantan en Haití, lo que culmina con su ocupación militar (1915 – 1934) en el oeste y el norte, para el azúcar y el sisal y expropiando numerosos pequeños y medianos campesinos. Así, la estructura colonial del país no había cambiado desde la independencia, porque los autóctonos relevaron a los colonos, y fue fortalecida por la implementación extranjera. 

La ocupación estadounidense determinó en 1915 que los Cacos (alrededor de 40.000 campesinos armados), nacionalistas, organizados entorno a Charlemagne Peralte, se organizaran como guerrilla durante dos años para combatir la presencia militar de Estados Unidos hasta la muerte de su jefe guerrillero. Esa lucha le costó la vida a miles de campesinos y campesinas, y los Cacos desaparecieron como organización con la muerte física de Charlemagne Peralte en octubre de 1919.

En 1950, el Estado haitiano poseía el 30% de la superficie total del país, en general administradas por organismos públicos o arrendada a grandes propietarios que tienen medios para explotarla, compañías extranjeras y campesinos sin tierra. 

En 1956, sube al poder Papa Doc. El duvalierismo marca un punto importante en el proceso histórico de Haití. Siendo consciente de que la base campesina debía ser la que le sostuviera, trabajó su relación con ella sobre la falsedad y el paternalismo autoritario. Los ejes del desarrollo de su régimen en relación con el campesinado fueron:

a. El negrerismo. Duvalier fundó junto a Lorimer Denis, Kléber Jacob, en los años treinta, la Escuela Negrerista, que le sirve de legitimación e instrumento de dominación. Desde esta ideología, propugnaba la alianza de los humillados de Haití (campesinos, proletariado y clase media negra). Esta ideología confunde los elementos de clase y de color de forma demagógica, gozando el campesinado de un papel privilegiado en el discurso de Duvalier. Éste aprovechó sus conocimientos de la clase campesina para reforzar el aparato de dominación y utilizó el vudú para aislar cualquier intento de organización campesina.

b. El terror desde el campo. Los Tontons Macoutes en el campo y la falsa ampliación de la base social. Duvalier debilitó al máximo al ejército hasta destruirlo y transformó su modus operandi hasta dejarlo convertido en una guardia presidencial y paralelamente crea los Tontons Macoutes (1962) como ejército miliciano (voluntarios de la seguridad nacional). Esta fuerza se extendió al campo penetrando en todos los rincones, y muchos campesinos se integraron en sus filas como una forma de huir de la miseria, pero también engatusados por los discursos populistas del dictador. En este tiempo, la estrategia de los campesinos muchas veces consistió en aprovechar las rivalidades rurales existentes entre algunos jefes tontons para recurrir a ellos y lograr la solución de algún conflicto por la tierra (por ejemplo, los campesinos del Artibonito recurrieron al jefe tonton Zachari Delva para expulsar al terrateniente Attié de las tierras que había ocupado). Al incorporar al campesinado de a pie en el ejército y darle armas y poder de decisión total en una comunidad, crea el espejismo de haber incorporado el campesinado al estado.

c. La política de desarrollo del duvalierismo. Se diseñaron ambiciosos proyectos de desarrollo y se multiplicaron los organismos creados al efecto. Al final fue incapaz de modificar los rasgos arcaicos del sistema productivo puesto que las instituciones solo sirvieron para colocar en los puestos claves a sus adeptos.

d. Despojo contra el campesinado. Los despojos se realizaron en provecho de algunas empresas internacionales. Compañías como Sedrén, Torbeck o Hacor recibieron miles de hectáreas de forma gratuita. Duvalier se convirtió en un gran terrateniente, pero muchos de los Tontons Macoutes también acapararon tierra. Los acaparamientos se llevaron a cabo sobre todo en las llanuras del Artibonito, Leogane y Cul de Sac. Los campesinos expropiados se veían obligados a emigrar. Se impuso nuevamente el esquema de trabajo forzado que había sido abolido y con relación a regímenes anteriores la opresión al campesino cobra una violencia brutal. El Tonton Macoute no respeta ninguna ley ni moral.

A partir de esa fecha, los campesinos y campesinas haitianas sumidos en la miseria absoluta, apresados por normas feudales y caciquiles, no resistieron más y comenzaron una estrategia migratoria de huída al exterior para trabajar en la agricultura de los campos de caña en Cuba y República Dominicana. Esta migración forzada fue organizada a través de un mercado de esclavos y esclavas ejercida por los latifundistas y propietarios de ambos países, pero avalada por los sucesivos gobiernos. Hubo que esperar más de medio siglo para que surgiera una organización campesina que de nuevo recuperara la dignidad y la conciencia campesina. En el año 1973, y sobre la base del trabajo realizado por un sacerdote en la localidad de Papaye, surge El Movimiento Campesino de Papaye (MPP).

Años ’80 – el éxodo rural. Después de la expulsión de Jean Claude Duvalier en 1986, una de las principales reivindicaciones del movimiento popular democrático fue la recuperación de las tierras expropiadas y la reforma del sistema de tenencia de la tierra. Sin embargo, y a pesar de los periodos de democracia, el movimiento por la reforma agraria en Haití ha sido sistemática y violentamente aplastado. Este proceso tan esperado por los campesinos haitianos por fin llego en 1995 con la creación del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INARA) por el entonces primer gobierno de Preval. A partir del artículo 284 de la Constitución del país, nace el INARA con un objetivo principal de justicia social. INARA quería estimular la demanda rural mediante el aumento de la producción agrícola y la preservación de los recursos naturales 

El 2 Noviembre 1996, fue el lanzamiento oficial de la reforma agraria en el Artibonito , y la creación de varias entidades como el ODVA y el USRA para acompañar al INARA en el proceso. El Gobierno apostó por este departamento por ser la más importante zona de producción de arroz del país y al mismo por ser una zona con muchos conflictos sangrientos e interminables con respecto a la tenencia de la tierra. En febrero de 1997, el gobierno del presidente Preval, empezó a entregar título de parcelas de medio hectárea de tierra y la suma de 5000 gourdes a campesinos de la zona, en la primera fase del proyecto 

Sin embargo, en su segundo mandato, Preval no ha mostrado ningún interés por continuar con el anterior proceso que empezó en el 1997 (a pesar de que el actual mandatario ganó las elecciones utilizando entre sus lemas uno dirigido directamente al sector campesino: “producción nacional”). Preval no se acordó de este objetivo hasta los acontecimientos que rodearon la crisis alimentaria del año 2008 y los disturbios del mes de abril que acabaron con la dimisión del primer ministro. En un país donde el 66% de la mano de obra es campesina, el porcentaje del presupuesto nacional dedicado al sector no llegó en los años 2006 y 2007 al 8%.

Este sistema agrario de subsistencia característico de la mayoría de la clase campesina haitiana resiste a la modernización y genera un alto sentimiento de inseguridad. Además, este sistema es muy frágil: la epidemia de peste porcina en los años 80 conlleva el sacrificio de todos los cerdo del país. Por ser la ganadería la alcancía de las familias campesinas, se rompe así el frágil equilibrio de este sistema, descapitalizándose las pequeñas y medianas explotaciones, generándose un masivo éxodo rural (mayoritariamente masculino, dejando a las mujeres al cuidado del campo y de las tareas domésticas y reproductivas) y la aceleración de la deforestación en ecosistemas ya frágiles. Se acelera así el ciclo del sistema rotativo de tumba y quema para poder cultivar (con cultivos de ciclo corto) más superficies de tierras, que se vuelven cada vez menos productivas (erosión y mala retención del agua).De la época colonial a 1804

Haití desarrolla desde los inicios del siglo XVI una agricultura colonial esclavista: grandes plantaciones (azúcar, café, índigo, etc.) para la exportación hacia Europa y beneficio de los colonos y de los estados esclavistas. En el contexto de la Revolución Francesa (1789), los colonos blancos y los mulatos de la isla desean librarse de la metrópoli, pero manteniendo la esclavitud como modo de producción. 

1791: Primera revuelta importante de los esclavos tras la ceremonia del “Bois Caiman”. Muchos esclavos y esclavas se levantaron en los ingenios y plantaciones contra sus patronos huyendo a los bosques y formando sus propias comunidades de esclavos y esclavas libertarias; siguiendo las costumbres africanas. Los esclavos y esclavas cimarrones (fugados) llegaron a ser un problema serio de seguridad.

1792: La llegada de dos gobernadores franceses para liberar a los esclavos y esclavas en 1793 trae nuevos aires a la isla. Se edita el primer código rural y las grandes explotaciones se mantienen bajo un nuevo sistema de ‘caporalismo agrícola’. Los esclavos y esclavas se denominan cultivadores y están obligados a quedarse en la tierra y trabajar en estas bajo una disciplina militar, pero con una gestión más democrática (colectiva). Las familias de cultivadores comparten ¼ de las ganancias de las explotaciones. 

Toussaint Louverture, en su intento por independizar Haití, pretendió entre sus primeras medidas nacionalizar toda la tierra productiva del país. Eligió mantener la opción del sistema del caporalismo agrícola, controlando con los militares hasta la vida religiosa y privada de las familias cultivadoras y editó un código rural muy estricto que establecía una legislación para el mundo rural diferente de la legislación urbana. Quería restablecer la agricultura de tipo colonial, con producción para la exportación (azúcar, café, índigo, etc.). Las grandes explotaciones fueron arrendadas a la mayoría a la élite militar negra. Para evitar la parcelación de las grandes explotaciones, prohibió la vente de tierras de menos de 50 carreaux. 

De 1804 a finales del siglo XIX. Jean Jacques Dessalines quiso desarrollar una política de apoyo a los “negros desposeídos” que participaron en la guerra de independencia y ordenó un programa minucioso de redistribución de la tierra. Sin embargo, este programa encontró un rotundo rechazo por parte de la élite militar y de la clase mulata independista. Esta posición política de Dessalines le costó la vida el 17 de octubre de 1806 cuando fue asesinado en Pont Rouge (Puerto Príncipe) después de haber reprimido a la oposición de su política en el sur .La muerte de Dessalines originó y consolidó el latifundio oficialista puesto que las élites independentistas se hicieron con las tierras y el campesinado fue encerrado en un nuevo ciclo de esclavitud impuesto por los neo-colonos (jefes militares, mulatos independentistas, etc.).

Entre los años 1807 y 1820, el país fue dividido en dos partes: el reino del norte dirigido por el Rey Christophe, y el sur dirigido por Petion. En el norte, se siguió la política implementada por Toussaint, distribuyendo tierras a sus jefes militares y teniendo a las y los cultivadores bajo un régimen feudal. En el sur, se vendieron y arrendaron tierras, y la opresión y las obligaciones para las y los cultivadores se suavizaron (el trabajo seguía siendo obligatorio, pero podían elegir las explotaciones en las cuales querían trabajar). La superficie mínima de adquisición de tierra bajó a 10 y después a 5 carreaux. Se adoptó la práctica ‘a media’ entre los propietarios y los cultivadores y cultivadoras, práctica todavía muy usada hoy en día. 

Mientras, dos de los más famosos líderes campesinos, Goman y Acaau, organizaron sendos movimientos campesinos en el norte y en el sur, exigiendo una reforma agraria. Este movimiento reconocido con el nombre de ‘Los Cacos’ se desarrolló especialmente en el periodo entre los años 1815 y 1919. Estaba compuesto por campesinos desposeídos.

A la muerte de Christophe en 1820, el país se reunificó bajo la presidencia de Boyer, gobernando la isla desde 1821 hasta 1843. A partir de 1843, los campesinos armados en el norte (denominados ‘Cacos’) y en el sur, los ‘Piquets’, son movilizados contra Boyer con el pretexto del rechazo a la aplicación del código rural y la Corvée (obligación por el campesino de trabajar gratuitamente en la construcción y mantenimiento de caminos rurales e infraestructuras propiedad de los grandes propietarios). Estas revueltas, si bien eran justas, fueron fruto de las manipulaciones de Riviere Herard para llegar al poder en detrimento de las y los campesinos. Aunque se logró expulsar a Boyer, las revueltas en el campo continuaron debido a la insatisfacción de las familias campesinas. Ante esa situación, el senado decidió elegir para la presidencia a los viejos representantes de cada facción, gente con honorabilidad y respeto entre los suyos, pero con poca capacidad intelectual. Así se mantuvo el senado hasta 1859.

Pero los “Cacos” nunca fueron desarmados y estuvieron siempre listos para la rebelión, y durante más de medio siglo constituyeron la Espada de Damocles para cualquier dirigente político que se opusiera al orden establecido, ejerciendo su poder de forma ejemplarizante incluso contra los que ellos mismos apoyaban. 

Desde 1900 - 1980. A partir del principio del siglo XX, grandes compañía norte americanas se implantan en Haití, lo que culmina con su ocupación militar (1915 – 1934) en el oeste y el norte, para el azúcar y el sisal y expropiando numerosos pequeños y medianos campesinos. Así, la estructura colonial del país no había cambiado desde la independencia, porque los autóctonos relevaron a los colonos, y fue fortalecida por la implementación extranjera. 

La ocupación estadounidense determinó en 1915 que los Cacos (alrededor de 40.000 campesinos armados), nacionalistas, organizados entorno a Charlemagne Peralte, se organizaran como guerrilla durante dos años para combatir la presencia militar de Estados Unidos hasta la muerte de su jefe guerrillero. Esa lucha le costó la vida a miles de campesinos y campesinas, y los Cacos desaparecieron como organización con la muerte física de Charlemagne Peralte en octubre de 1919.

En 1950, el Estado haitiano poseía el 30% de la superficie total del país, en general administradas por organismos públicos o arrendada a grandes propietarios que tienen medios para explotarla, compañías extranjeras y campesinos sin tierra. 

En 1956, sube al poder Papa Doc. El duvalierismo marca un punto importante en el proceso histórico de Haití. Siendo consciente de que la base campesina debía ser la que le sostuviera, trabajó su relación con ella sobre la falsedad y el paternalismo autoritario. Los ejes del desarrollo de su régimen en relación con el campesinado fueron:

a. El negrerismo. Duvalier fundó junto a Lorimer Denis, Kléber Jacob, en los años treinta, la Escuela Negrerista, que le sirve de legitimación e instrumento de dominación. Desde esta ideología, propugnaba la alianza de los humillados de Haití (campesinos, proletariado y clase media negra). Esta ideología confunde los elementos de clase y de color de forma demagógica, gozando el campesinado de un papel privilegiado en el discurso de Duvalier. Éste aprovechó sus conocimientos de la clase campesina para reforzar el aparato de dominación y utilizó el vudú para aislar cualquier intento de organización campesina.

b. El terror desde el campo. Los Tontons Macoutes en el campo y la falsa ampliación de la base social. Duvalier debilitó al máximo al ejército hasta destruirlo y transformó su modus operandi hasta dejarlo convertido en una guardia presidencial y paralelamente crea los Tontons Macoutes (1962) como ejército miliciano (voluntarios de la seguridad nacional). Esta fuerza se extendió al campo penetrando en todos los rincones, y muchos campesinos se integraron en sus filas como una forma de huir de la miseria, pero también engatusados por los discursos populistas del dictador. En este tiempo, la estrategia de los campesinos muchas veces consistió en aprovechar las rivalidades rurales existentes entre algunos jefes tontons para recurrir a ellos y lograr la solución de algún conflicto por la tierra (por ejemplo, los campesinos del Artibonito recurrieron al jefe tonton Zachari Delva para expulsar al terrateniente Attié de las tierras que había ocupado). Al incorporar al campesinado de a pie en el ejército y darle armas y poder de decisión total en una comunidad, crea el espejismo de haber incorporado el campesinado al estado.

c. La política de desarrollo del duvalierismo. Se diseñaron ambiciosos proyectos de desarrollo y se multiplicaron los organismos creados al efecto. Al final fue incapaz de modificar los rasgos arcaicos del sistema productivo puesto que las instituciones solo sirvieron para colocar en los puestos claves a sus adeptos.

d. Despojo contra el campesinado. Los despojos se realizaron en provecho de algunas empresas internacionales. Compañías como Sedrén, Torbeck o Hacor recibieron miles de hectáreas de forma gratuita. Duvalier se convirtió en un gran terrateniente, pero muchos de los Tontons Macoutes también acapararon tierra. Los acaparamientos se llevaron a cabo sobre todo en las llanuras del Artibonito, Leogane y Cul de Sac. Los campesinos expropiados se veían obligados a emigrar. Se impuso nuevamente el esquema de trabajo forzado que había sido abolido y con relación a regímenes anteriores la opresión al campesino cobra una violencia brutal. El Tonton Macoute no respeta ninguna ley ni moral.

A partir de esa fecha, los campesinos y campesinas haitianas sumidos en la miseria absoluta, apresados por normas feudales y caciquiles, no resistieron más y comenzaron una estrategia migratoria de huída al exterior para trabajar en la agricultura de los campos de caña en Cuba y República Dominicana. Esta migración forzada fue organizada a través de un mercado de esclavos y esclavas ejercida por los latifundistas y propietarios de ambos países, pero avalada por los sucesivos gobiernos. Hubo que esperar más de medio siglo para que surgiera una organización campesina que de nuevo recuperara la dignidad y la conciencia campesina. En el año 1973, y sobre la base del trabajo realizado por un sacerdote en la localidad de Papaye, surge El Movimiento Campesino de Papaye (MPP).

Años 80 – El éxodo rural. Después de la expulsión de Jean Claude Duvalier en 1986, una de las principales reivindicaciones del movimiento popular democrático fue la recuperación de las tierras expropiadas y la reforma del sistema de tenencia de la tierra. Sin embargo, y a pesar de los periodos de democracia, el movimiento por la reforma agraria en Haití ha sido sistemática y violentamente aplastado. Este proceso tan esperado por los campesinos haitianos por fin llego en 1995 con la creación del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INARA) por el entonces primer gobierno de Preval. A partir del artículo 284 de la Constitución del país, nace el INARA con un objetivo principal de justicia social. INARA quería estimular la demanda rural mediante el aumento de la producción agrícola y la preservación de los recursos naturales 

El 2 Noviembre 1996, fue el lanzamiento oficial de la reforma agraria en el Artibonito , y la creación de varias entidades como el ODVA y el USRA para acompañar al INARA en el proceso. El Gobierno apostó por este departamento por ser la más importante zona de producción de arroz del país y al mismo por ser una zona con muchos conflictos sangrientos e interminables con respecto a la tenencia de la tierra. En febrero de 1997, el gobierno del presidente Preval, empezó a entregar título de parcelas de medio hectárea de tierra y la suma de 5000 gourdes a campesinos de la zona, en la primera fase del proyecto 

Sin embargo, en su segundo mandato, Preval no ha mostrado ningún interés por continuar con el anterior proceso que empezó en el 1997 (a pesar de que el actual mandatario ganó las elecciones utilizando entre sus lemas uno dirigido directamente al sector campesino: “producción nacional”). Preval no se acordó de este objetivo hasta los acontecimientos que rodearon la crisis alimentaria del año 2008 y los disturbios del mes de abril que acabaron con la dimisión del primer ministro. En un país donde el 66% de la mano de obra es campesina, el porcentaje del presupuesto nacional dedicado al sector no llegó en los años 2006 y 2007 al 8%.

Este sistema agrario de subsistencia característico de la mayoría de la clase campesina haitiana resiste a la modernización y genera un alto sentimiento de inseguridad. Además, este sistema es muy frágil: la epidemia de peste porcina en los años 80 conlleva el sacrificio de todos los cerdo del país. Por ser la ganadería la alcancía de las familias campesinas, se rompe así el frágil equilibrio de este sistema, descapitalizándose las pequeñas y medianas explotaciones, generándose un masivo éxodo rural (mayoritariamente masculino, dejando a las mujeres al cuidado del campo y de las tareas domésticas y reproductivas) y la aceleración de la deforestación en ecosistemas ya frágiles. Se acelera así el ciclo del sistema rotativo de tumba y quema para poder cultivar (con cultivos de ciclo corto) más superficies de tierras, que se vuelven cada vez menos productivas (erosión y mala retención del agua). 

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