Una mirada desde el Kivu Norte

07/08/2015 - 12:44

Llego a Kasindi, pueblo ubicado en el paso fronterizo de Uganda a República Democrática del Congo (RDC), zona de tránsito, hoteles y restaurantes baratos que albergan gentes solo de paso, camiones parados a ambos lados de la carretera, negocios de todo tipo donde todo se compra y se vende, personas que van y vienen, el bullicio generalizado que me retrae a la imagen de la primera vez como si el paso del tiempo hubiera querido detener su caos inherente.

Recorro durante unas horas la carretera que va de Kasindi a Butembo, una de las principales carreteras del Kivu Norte, que conecta ciudades como Goma a pesar de su maltrecho estado y su tortuoso trazado, siendo por ello cruzada por una gran cantidad de camiones destartalados y sobrecargados.

Llego a Butembo, el Butembo del polvo y del barro, del rojizo de sus calles y verde de sus colinas, de las casas de tierra y cañas, de gente que camina en todas direcciones, de las niñas y niños que te persiguen entre risas, de la calidez del día y la frescura de la noche. Una ciudad que está viva, donde la gente subsiste pese a la injusticia de haber crecido en un paraíso explotado y olvidado a su suerte. Finalmente llego a la oficina y saludo a mis compañeras y compañeros, quienes trabajan día tras día con las comunidades, con campesinas y campesinos, quienes son la cara visible de nuestro trabajo en Congo. 

Conversamos sobre la situación de inestabilidad en la que continua inmersa el país y que ahora atraviesa por una de sus fases más difíciles. Muchas son las variables que lo explican: (i) la fragilidad del Estado congoleño y, especialmente, su incapacidad para garantizar la seguridad de su población y hacer las políticas necesarias para impulsar el desarrollo (tierra, gestión de recursos naturales, educación, salud,...); (ii) la incapacidad de las sucesivas misiones de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional para contribuir a la protección de la población, la estabilización y la pacificación del territorio; (iii) la violencia causada por los más de 40 grupos armados que operan en el este del país, con distintos orígenes, intereses y dinámicas; (iv) los intereses políticos y económicos antepuestos por multitud de actores: elites políticas y económicas locales, líderes de grupos armados, gobiernos de otros países, empresas multinacionales, etc.; (v) la exclusión de la sociedad civil en la toma de decisiones que tienen un efecto directo en sus vidas.

Las próxima elecciones en República Democrática del Congo en 2016, y el futuro de líderes con el peso de Kabila, van a tener seguramente una influencia determinante en las posibilidades de la población para vivir una vida digna. El 27 de noviembre de 2016, se cumplirán cinco años en que Kabila fue reelegido, y la fecha fijada para  las próximas elecciones presidenciales. Muchas son las voces de la oposición y sociedad civil que apuntan a que Kabila quiere eludir el bloqueo constitucional limitado a dos mandatos. El debate está servido. El compromiso público de EEUU en financiar con 30M$ las elecciones en RDC provocando todo tipo de maniobras políticas y una débil oposición desarticulada y sin una clara alternativa democrática no ayuda en absoluto que Kabila no se postule para un tercer mandato.

 

Pilar Mayordomo, Responsable Financiera del Área Internacional de VSF Justicia Alimentaria Global