Yo no les robaría la tierra, ¿y tú?

16/01/2012 | VSF Justicia Alimentaria Global

El acaparamiento de tierras es un fenómeno relativamente reciente que pone en peligro directamente a las personas que viven y trabajan de su tierra, además de perjudicar el medioambiente, y deteriorar los recursos naturales de la zona. La acción de acaparar tierras ajenas tiene dos características siempre coincidentes: que la extensión acaparada es de más de 10.000 hectáreas, y los contratos de compra de la tierra son a largo plazo (de 50 a 99 años) y para el cultivo de alimentos para la exportación (en muchos casos, granos para la producción de agrocombustible). Se trata pues, de la adquisición de grandes extensiones de tierra por parte de gobiernos y empresas, que las usan para el cultivo de alimentos para la exportación. Este tipo de prácticas se suelen dar en países empobrecidos, donde las regulaciones son blandas. Con este tipo de prácticas se ponen en peligro a las comunidades que allí viven, obligándoles a abandonar sus casas y la tierra que les da de comer.

El pasado mes de noviembre VSF participó en la Conferencia internacional Campesina celebrada en Selingüé, Mali, para luchar contra el acaparamiento de tierras.

Calentar el fuego y cocinar un plan de acción colectiva para hacer frente al acaparamiento de tierras fue la misión de los más de 200 campesinos y campesinas, que llegaron de números rincones del mundo. Políticos, investigadores, periodistas y Organizaciones No Gubernamentales también estuvieron presenten en el debate, así como representantes de estamentos internacionales como Comisión de derechos humanos de las Naciones Unidas. La conferencia, organizada por la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOP) de Mali y el movimiento internacional de campesinos/as Vía Campesina fue todo un éxito de participación a nivel mundial.

“los contratos de compra de la tierra son a largo plazo y para el cultivo de alimentos para la exportación (en muchos casos, granos para la producción de agrocombustible)”

La agricultura deslocalizada se ha convertido en un negocio para la obtención de ganancias sumamente rápidas. Un total de 60 países se encuentran actualmente afectados por el acaparamiento de tierras, y más de 50 millones de hectáreas han sido acaparadas en tan solo 20 países. Las principales empresas que ejercen este tipo de prácticas responden a perfiles muy dispares, desde agro-alimentarias, industriales y financieras.

“La agricultura deslocalizada se ha convertido en un negocio para la obtención de ganancias sumamente rápidas”.

Principios de Inversión Agrícola Responsable: legitimando acaparamiento de tierras.

Existen, actualmente, un debate internacional sobre cómo deberían, o no, estar reguladas las prácticas del acaparamiento de tierras a nivel internacional:

Varias entidades, entre ellas el Banco Mundial, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) formularon en conjunto los principios de Inversión Agrícola Responsable (IAR), que describen como un mecanismo "responsable" para adquirir grandes extensiones de tierra.

Estos principios responden a 7 puntos concretos, y son voluntarios para los inversores:

1. respeto por los derechos a la tierra y los recursos
2. garantizar la seguridad alimentaria
3. garantizar la transparencia, la buena gobernanza consulta y participación
4. garantizar la consulta y participación de población afectada
5. viabilidad económica
6. sustentabilidad social
7. sustentabilidad ambiental

Estos principios han sido denunciados desde su creación, pues legitiman este tipo de prácticas. La agricultura pasa a ser mercantilizada con consentimiento internacional.

Gracias a las fuertes protestas llevadas a cabo por movimientos sociales el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, que tiene su sede en la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO), se hizo eco de las demandas y lanzó un proceso de consulta mundial relacionada con los principios que habrán de regular tales negocios. Ahora, los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil se están movilizando para detener estos acaparamientos de tierras, y para dar marcha atrás a aquellos acaparamientos que ya están ocurriendo. De hecho, más de 500 organizaciones de todo el mundo  se han unido al “Llamamiento de Dakar contra el acaparamiento de tierras”, redactado originariamente en el Foro Social Mundial celebrado en Dakar el pasado febrero.

Las organizaciones instan al CSA a rechazar definitivamente los principios dirigidos por el Banco Mundial relativos a la Inversión Agrícola Responsable. Con el llamamiento se demanda explícitamente la detención inmediata del acaparamiento de tierras, estando prohibida la compra de grandes extensiones, y rescindiendo los contratos ya existentes, además de devolver la tierra a sus propietarios.

La conferencia internacional campesina

Las dinámicas participativas de la conferencia fomentaron el debate entre los  y las participantes con el objetivo final de llegar al redactado de unos acuerdos para atajar el peligro que supone para los y las campesinas la adquisición de grandes extensiones de tierra por parte de transnacionales o fondos de inversión.

Para el trabajo y análisis de los diferentes temas que conciernen la práctica del acaparamiento, se dividieron a los y las participantes en 4 talleres de trabajo:

1. Derecho jurídico de la tierra: de lo local a lo internacional.
2. Actuar y ejercer presión mediante el lobby
3. Demandas que se pueden hacer a los gobiernos y estamentos internacionales y movilización ciudadana
4. Cómo generar alianzas y acciones coordinadas para lograr un mayor impacto.

Estas cuatro temáticas fueron debatidas en los 4 grupos de trabajo con el objetivo de establecer unos acuerdos y socializarlos con el resto de participantes. 

El caso Malíbya, un ejemplo de acaparamiento de tierras en Mali.

Los y las participantes de la conferencia se desplazaron en la última jornada a la Office du Niger para conocer un caso de acaparamiento de tierras en Mali.

A finales de 2010 se contabilizaron más de 500.000 hectáreas de tierras agrícolas acaparadas en Mali, o en proceso de acaparamiento. Se trata en su mayoría de tierras muy fértiles, por tanto, potencialmente cultivables, a pesar de las grandes hambrunas por las que pasa el país.

“A finales de 2010 se contabilizaron más de 500.000 hectáreas de tierras agrícolas acaparadas en Mali”

Un ejemplo lo encontramos en la Office du Niger, una zona de Mali ubicada en un delta interior que se encuentra desprotegida de legislación. Malibya, una empresa líbia acaparó 100.000 hectáreas de tierra para la producción de arroz híbrido para la exportación y construir un canal de irrigación, que ocupa 25.000 hectáreas. Esto ha supuesto el desplazamiento de 150 familias, además del peligro que supone para el acceso a la alimentación de las poblaciones de la zona el hecho que se cultive arroz híbrido para exportar. El contrato que el gobierno de Mali ha firmado con esta empresa  se encuentra exento de cualquier tipo de pago y la recompensa que recibe el gobierno de Mali es la “modernización de la agricultura”.

Los y las campesinas de la zona se han movilizado en una plataforma en lucha contra este tipo de prácticas, pero su labor se ve altamente dificultada ya que existe una gran opacidad para acceder a la información de los contractos, pues el gobierno se niega a hacerlos públicos por tratarse de contratos privados.

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