8 de marzo: Para la consecución de la soberanía alimentaria, es imprescindible abordar las asimetrías que impone el patriarcado

04/03/2020 - 11:41

Justicia Alimentaria se suma a las movilizaciones convocadas el 8 de marzo para reivindicar una sociedad igualitaria, libre de opresiones, de explotación y violencias machistas. Asumimos el feminismo como un movimiento político-social propio que nos permite seguir avanzando hacia la consecución de la soberanía alimentaria. El cambio del sistema agroalimentario actual no puede entenderse sin igualdad social y política entre hombres y mujeres. Tampoco puede entenderse sin abordar las desigualdades de poder que tienen origen en el sexismo, el racismo, el patriarcado y el poder de clase.

Tradicionalmente, las mujeres han sido las encargadas de proveer la alimentación a las familias; no solo se han encargado de cocinar y preparar la comida diaria, sino que ellas han mantenido las huertas en los patios de las casas y la cría de los animales de autoconsumo, que en muchas ocasiones, suponen el grueso de la alimentación familiar. Las mujeres han conservado e intercambiado semillas, una acción que ahora se ve amenazada por un sistema agroalimentario que desprecia toda esta sabiduría a favor de la producción a gran escala, persiguiendo exclusivamente el beneficio económico. En este modelo dominante en el que aquello que no tiene un valor monetario no se tiene en cuenta, la extenuante jornada laboral de las mujeres no entra en las estadísticas y, por tanto, no se considera trabajo. Son también las mujeres las que mantienen los mercados locales, lugares básicos para la economía local de pueblos y comunidades.

Es imprescindible reconocer el rol de las mujeres campesinas en las luchas y avances de organizaciones que defienden la soberanía alimentaria para construir espacios de liberación y toma de conciencia, garantizando la participación política de la mujer como sujeto político, con el fin de construir una sociedad justa e igualitaria, sin importar la etnia, el género o la orientación sexual.

El contexto de criminalización y feminicidios hace necesario que nos movilicemos tomando las calles para denunciar cómo este sistema atenta contra la vida en general y la de las mujeres en particular. Tenemos que seguir luchando contra las diferentes formas de dominación y explotación y contra las diferentes manifestaciones de discriminación por razones de género. Contra las diferentes formas de violencia machista, cotidiana e invisibilizada y contra la violencia sexual. Pero, sobre todo, denunciar que todas las formas de violencia afectan de manera más intensa y directa a las mujeres en situación de vulnerabilidad, como son las mujeres migradas, con bajo poder adquisitivo, campesinas, indígenas, negras, sin tierra, asalariadas agrícolas que han sido históricamente oprimidas y perjudicadas en sus derechos legítimos.

El 8M, ¡todas a las calles!

Territorio: 
Global