Aprendiendo de la Habana con Aurelia Castellanos

05/03/2015 - 12:27 | VSF Justicia Alimentaria Global

La pasada semana, nos visitó Aurelia Castellanos, presidenta de la Asociación Cubana de Producción Animal y una de las figuras clave en el desarrollo de la agricultura periurbana en Cuba.  Con ella visitamos el Parque Agrario del Bajo Llobregat y tuvimos la oportunidad de intercambiar experiencias y comprender la importancia y las claves de éxito de la agricultura periurbana en la alimentación de una ciudad como la Habana, ejemplo paradigmático de este tipo de agricultura y que es considerada por la  FAO  una de las “Ciudades más verdes de América Latina”.

“La agricultura urbana es la práctica agrícola y pecuaria en las ciudades, que por iniciativa de productoras/es afincados utilizan los mismos recursos locales, como mano de obra, espacios, agua y desechos sólidos orgánicos, así como servicios, con el fin de generar productos destinados a la producción de alimentos para el autoconsumo y venta en el mercado”.

En las ciudades de América latina se está llevando a cabo una revolución casi espontanea con el desarrollo de la agricultura urbana y periurbana. Desde 2009 la población urbana de América Latina ha aumentado en unos 50 millones de personas, alcanzando los 500 millones. La expansión de la agricultura periurbana ha ido de la mano de este al crecimiento demográfico y también de los desafíos del cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales.

Actualmente, la producción de alimentos en zonas urbanas y periurbanas se considera una estrategia esencial en Cuba, no tan solo para proporcionar alimentos a los sectores más pobres de las ciudades, sino también para reducir la huella ecológica, contener la expansión urbana, estimular las economías regionales y reducir la dependencia externa.

Durante la visita, Aurelia destacó que “la agricultura urbana y periurbana tiene en cuenta la interrelación persona – cultivo – animal – medio ambiente, propicia la estabilidad laboral de los productores, y la producción diversificada de cultivos y animales, a partir de prácticas sostenibles”.

Tras la Revolución de 1959, Cuba empezó un proceso de desarrollo agrícola basado en el uso intensivo de agroquímicos y maquinaria, y enfocado a la exportación. Con la caída de la URSS, y por lo tanto de su principal socio comercial, así como el bloqueo comercial y económico de los Estados Unidos, empezó el conocido periodo especial,  en el que la agricultura tradicional se paraliza por la falta de combustibles e insumos, dejando las ciudades desabastecidas y con importantes racionamientos de alimentos.

El desabastecimiento de la habana provocó un movimiento espontaneo el que la población empieza a sembrar en cualquier espacio disponible en la ciudad o en sus alrededores. Este movimiento  del 2004, con el impulso y apoyo  por parte del gobierno comienza a mejorar el rendimiento de estas pequeñas y medianas producciones, empiezan a aprovechar espacios mayores y  se inician procesos de formación, tecnificación, y organización de los puntos de comercialización que suelen estar  a menos de 5 km de los puntos de producción.

Aurelia destacó de manera especial la importancia de la formación de los productores y productoras, defendió la importancia de los procesos de tecnificación y organización de este tipo de agricultura, pero siempre dentro de unos límites, con el objetivo de no complejizar en exceso los procesos. Además, destacó la importancia de la expansión y el trabajo en red que está teniendo lugar en la Habana, lo que permite expandir las mejoras, la puesta en común del conocimiento adquirido y la retroalimentación de las experiencias.

Para acabar, Aurelia, también nos explicó que uno de los principales ejes en los que se está trabajando y donde aún hay mucho por hacer es la perspectiva de género “estamos tratando de fomentar el papel de la mujer como líder de este proceso productivo, pues a pesar de que están muy presentes en el trabajo diario, no son numerosos los casos de mujeres propietarias de parcelas”. Por esta razón, nos explicaba, se fomenta la divulgación de ejemplos de mujeres propietarias y exitosas así como la sensibilización de mujeres de las desigualdades a las que se enfrentan. “Dado que existen leyes que aseguran la igualdad entre hombres y mujeres, éstas no perciben la existencia de este problema”, afirmaba Aurelia. “No obstante, los estudios demuestran que existe hasta un 30% de diferencias en sus salarios”.

Existen notables diferencias entre nuestras ciudades y la ciudad de la Habana pero sin duda la experiencia y la visión de  Aurelia Castellanos nos proporcionan claves  que podemos rescatar sobre el papel que la  producción agrícola y pecuaria deberían tener en nuestro entorno y las ventajas de este modelo que favorece a los y las productoras, los consumidores/as y que permite el fortalecimiento y la independencia de las personas, asegurando una mejor alimentación y sostenibilidad ambiental.