La Comisión de Salud del Congreso de los Diputados ha aprobado hoy una Proposición No de Ley (PNL) para abordar las consecuencias de la alimentación insana. La propuesta, presentada por Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, ha sido aceptada por todos los partidos políticos excepto por el PSOE, que ha votado en contra, y el PP y Ciudadanos se han abstenido.
El texto insta al Gobierno legislar para reducir el consumo de alimentación procesada a través de la publicidad infantil, regular el etiquetado y la publicidad engañosa, incluye planes de educación o aplicar medidas impositivas para fomentar la alimentación fresca y saludable, entre otras.
“No entendemos los motivos que han llevado a algunos partidos políticos a votar en contra o abstenerse y, por tanto, votar en contra de las recomendaciones la Organización Mundial de la Salud”, ha comentado Javier Guzmán director de Justicia Alimentaria. Y ha añadido: “A pesar de eso, el hecho que se haya abierto este debate nos anima a seguir trabajando hasta conseguir una política pública alimentaria y reclamar una Ley de control de la publicidad dirigida al público infantil”.
Es imprescindible modificar los aspectos sociales, económicos y culturales que provocan la alimentación insana
La alimentación insana no es un problema individual. Se trata de una pandemia con causas claramente sistémicas y estructurales. Existe la necesidad de una política pública que aborde decididamente el conjunto de causas denunciadas por todos los organismos internacionales independientes. Es imprescindible modificar los aspectos sociales, económicos y culturales que provocan la alimentación insana. La estrategia desarrollada por las Administraciones para combatir la obesidad, el sobrepeso, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y demás enfermedades asociadas se ha focalizado hasta ahora en atribuir la responsabilidad a las decisiones individuales y no a los determinantes sociales que han llevado a que una de cada cinco personas enfermen a causa de lo que comen.
Además, el 44 % de la población española no puede seguir una alimentación saludable debido a su coste y las enfermedades asociadas a una alimentación insana son el primer desajuste de salud del Estado español. El consumo de azúcares refinados, grasas insanas y sal no ha dejado de aumentar en los últimos años y la comida procesada representa el 70 % de la alimentación en el Estado. Las Administraciones competentes deben legislar para garantizar el acceso a una alimentación justa, sana y equitativa, ya que los dos determinantes sociales más importantes en los impactos sobre la salud de la alimentación insana son la clase social y el género.
La infancia es uno de los colectivos más vulnerables
El crecimiento del sobrepeso y la obesidad infantil en el Estado español es alarmante. Actualmente, nuestro país encabeza la lista de población infantil con sobrepeso en Europa, siendo además una de las más altas del mundo. Uno de cada dos niños/as tiene sobrepeso en el Estado español (45 % en niños, 40 % en niñas). El sobrepeso infantil no es solamente un problema actual, sino que supone un lastre de salud que arrastrarán el resto de sus vidas, a menudo dejando- secuelas difíciles de revertir: diabetes tipo II, apnea obstructiva del sueño, hipertensión, dislipidemia, síndrome metabólico, problemas cardiovasculares e incluso cáncer o trastornos de la conducta.