El premio precocinado

01/10/2015 - 11:14

Artículo de opinión de Javier Guzmán publicado en La Marea

El problema de la mala alimentación en España es de una magnitud dramática y los datos hablan por sí solos. Somos el primer país de la Unión Europea en tasa de obesidad infantil y el segundo del mundo.

A nivel mundial delante de esta enorme pandemia que no hace más que crecer, son muchos los organismos internacionales de salud llevan ya un tiempo haciendo llamamientos a los gobiernos para que tomen cartas en el asunto. También al español. Instando  a que se identifique las fuentes y responsables de esta situación y que se implementen medidas directas y eficaces para combatirla.

Obviamente sabemos que la mala alimentación está relacionada directamente con la expansión de empresas alimentarias  que la  fabrican, venden y publicitan.

Estas empresas llevan décadas haciendo todo lo posible para evitar que se establezca este vínculo de relación causa y efecto y para ello han desarrollado todo tipo de estrategias para desparecer tras las bambalinas y hacernos creer una narrativa, dónde el culpable de los efectos de la mala alimentación seamos nosotros, usted y yo, por nuestra mala cabeza a la hora de alimentarnos.

Básicamente han hecho tres cosas, por un lado obtener el aval científico y el  aval de las administraciones públicas, a sus discursos, sus propuestas y sus productos, en segundo lugar bloquear las propuestas que inciden en las causas reales de la mala alimentación y sustituirlas por otras propias que actúan como pantalla de protección y por último unir su imagen a la salud. Pero claro, si lo hicieran solas, este mensaje no tendría apenas legitimidad social, y rápidamente podríamos descubrir los intereses corporativos, por ello necesitan estar acompañados por las administraciones públicas.

Para ver como lo hacen el próximo día 6 tendrán una buena oportunidad cuando el Ministerio de Sanidad a través de la AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición), entregará a algunas organizaciones y empresas los VIII Premios de la Estrategia NAOS.

Llegados a este punto es necesario presentarles la estrategia NAOS, la cual se puso en marcha el año 2005 “con el objetivo de sensibilizar a la población del problema que la obesidad representa para la salud, y de impulsar todas las iniciativas que contribuyan a lograr que los ciudadanos, y especialmente los niños y los jóvenes, adopten hábitos de vida saludables, principalmente a través de una alimentación saludable y de la práctica regular de actividad física”.

Si uno lee esto parece sin duda que nos encontramos ante un plan ambicioso y que se trata del elemento principal de batalla de la administración contra la obesidad. Y efectivamente es así, fundamentalmente porque es el único que tiene.

Y este es el problema, porque su gran único objetivo es el de “fomentar una alimentación saludable”. “Fomentar” es una estupenda  manera de decir que se renuncia a una política pública para prevenir el problema.

Y esto se concreta en acciones muy aplaudidas por la industria como la entrega de  los premios a los que me refería, que no son sino un estupendo lavado de imagen para algunas empresas, pero no hecho por cualquiera, sino por el mejor limpiador posible, el Ministerio de Sanidad.

En esta ocasión el premio a la iniciativa empresarial se le otorga a Gallina Blanca que es una de las empresas más importantes en el sector de comida precocinada.

Hay que recordar en este punto que la propia OMS (Organización Mundial de la Salud) identifica a la comida procesada como un lo de los elementos  directamente relacionados con el aumento de obesidad y problemas derivados de la mala alimentación. ¿De verdad no hay empresas que hagan otro tipo de alimentación y que merezcan un premio? Ah, el año pasado también fue la empresa ganadora del premio.

Juzguen ustedes. ¿Ya lo tienen claro?, eso es, ni su salud ni la de sus hijos ha sido premiada en esta edición.

Territorio: 
Estado Español