Tras el anuncio del Ministro de Consumo de iniciar un proceso de regulación y limitación de la publicidad de alimentos no saludables para público infantil, Justicia Alimentaria celebra esta decisión ya que cambia el paradigma de la salud alimentaria apostando por un sistema regulatorio público y no el de la autoregulación empresarial actual. La población infantil es altamente vulnerable a la publicidad y condiciona enormemente su consumo. Así pues, regular la publicidad y proteger los derechos y la salud de la infancia del marketing desmesurado ha sido uno de los caballos de batalla de Justicia Alimentaria de los últimos años.
La organización lleva años trabajando para eliminar la publicidad de alimentos insanos para la salud de la población infantil, ya que la mayoría de la publicidad alimentaria es de productos no saludables, contribuyendo al desarrollo de obesidad y sus complicaciones en la infancia, con el consiguiente aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cáncer en el futuro.
La Gaceta Sanitaria publicó un estudio que muestra cómo los productos de alimentación menos saludables son los que más se dirigen a la población infantil. El 82 % de los anuncios de alimentación procesada destinados a niños y niñas publicitan productos con un contenido elevado de sal, grasas o azúcares refinados, frente al 33 % de la publicidad dirigida a la población adulta. Sin embargo, hasta ahora que la opción de regulación está encima de la mesa, el Estado español no ha contado con ningún tipo de regulación pública y solamente contaba con un código voluntario llamado PAOS, escrito por las grandes empresas de alimentación y que diversos estudios públicos habían demostrado su ineficacia. Por ello, países como Portugal o Reino Unido ya habían regulado previamente esta materia.
Las medidas deben ser amplias
Según el director de la organización, Javier Guzmán, “es una gran oportunidad para combatir las enfermedades relacionadas con la mala alimentación, ahora es importante concretar el Decreto e ir lo más rápido posible debido al enorme retraso que tenemos en este país”. Además, para ser eficaz, la regulación de la publicidad alimentaria debería contemplar estas medidas concretas tal y como ha manifestado el Ministro, y que se tengan en cuenta en todos y cada uno de estos espacios: televisión, cine, radio, embalaje, medios impresos, internet, aplicaciones y videojuegos, telefonía móvil y patrocinios de congresos, jornadas, eventos deportivos ocualquier otro evento en el que participen menores, les pueda resultar atractivo o pueda contar entre su audiencia con público infantil. Debe ser de aplicación a toda la publicidad alimentaria emitida por televisión en horario infantil (6:00-22:00), en las cadenas generalistas, tanto en los espacios publicitarios como durante la emisión de los programas, así como a lo largo de toda la emisión de las cadenas infantiles. Debe excluir el uso de cualquier tipo de marketing promocional, como descuentos, fórmulas 3x2 y ganchos comerciales (regalos, concursos, juguetes, coleccionables, u otro elemento de atracción infantil). Además, se debe revisar el artículo 44.4 de la ley 17/2011, de Seguridad Alimentaria y Nutrición, para evitar la utilización de avales de asociaciones, corporaciones, fundaciones o instituciones relacionadas con la salud y la nutrición en la publicidad o promoción directa o indirecta de alimentos y bebidas no saludables. Y finalmente, promover medidas para evitar la emisión de programas dirigidos al público infantil o familiar fuera del horario infantil, o, en su defecto, aplicar esta regulación a los programas que se emitan fuera del horario infantil y que vayan dirigidos a la familia y público juvenil o en los que participen menores.
La población infantil como objetivo
En el Estado español, la publicidad de la industria alimentaria representa un 23% de toda la inversión publicitaria. Siendo el medio televisivo el más utilizado por la industria para difundir sus mensajes. Y, de entre todos los targets, la población infantil es un grupo de población muy interesante para las empresas anunciantes, ya que estos ejercen una influencia en el 43% de las compras familiares. Si se analizan las compras realizadas por población de 4 a 12 años un 33% son alimentos y bebidas. La población infantil ve una media de 95 anuncios al cabo del día, más de 34.000 anuncios al año. En el Estado español, a lo largo de un año se crean alrededor de 5.000 campañas de distintos productos cuyo objetivo es el público infantil.
El 45 % de los niños y niñas del Estado padece obesidad o sobrepeso
Las cifras de obesidad infantil en el Estado español son exorbitantes, siendo ya uno de los peores países de Europa en tasa de sobrepeso y obesidad infantil, afectando ya al 45 % de los niños y niñas. Este aumento de obesidad está directamente relacionado con el aumento de consumo de alimentos procesados con alto porcentaje de azúcar, grasas y sal, especialmente los destinados a la población infantil. En España, el 70% de lo que consumimos es alimentación procesada, y cuando hablamos de consumo en la infancia aún es superior.