El 15 de octubre a las 18h analizaremos el contexto actual y explicaremos el trabajo que estamos desarrollando para evitar que esta crisis se convierta en una crisis de hambre.
Con la propagación de la pandemia por todo el mundo, se han agravado y evidenciado problemas que ya eran latentes en muchas sociedades y se han puesto en riesgo derechos básicos, como el de la vivienda y la alimentación. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que 187 millones de personas viven «inseguridad alimentaria moderada o grave» en Latinoamérica. Con respecto a África, la ONU recalcó a mediados de abril que el continente podría sufrir «los mayores impactos» de la crisis del coronavirus.
El objetivo de este webinar no es otro que analizar el contexto alimentario que se ha instaurado con la pandemia a nivel internacional y explicar el trabajo que estamos llevando a cabo para revertir la situación en los diferentes países en los que trabajamos. Desde Justicia Alimentaria consideramos imprescindible seguir trabajando para fortalecer los sistemas alimentarios locales de producción agroecológica basados en redes de producción, rescate de saberes, transformación y distribución local que aseguren una alimentación sana a toda la población. La Covid-19 nos ha enseñado la importancia de disponer de producción local propia de productos esenciales para la vida, a no depender de terceros. Por eso trabajamos por una agricultura dirigida a la alimentación de la población, ya que los sistemas agroexportadores, además de generar problemas medioambientales y sociales, también generan inseguridad alimentaria y ruptura de tejido social, sobre todo en momentos de crisis.
¿Con quién contaremos?
- Celeste Solano, coordinadora de Justicia Alimentaria Caribe
- Beatriz Barrientos, coordinadora de Justicia Alimentaria en Centroamérica
- Jasmín Salinas, coordinadora de Justicia Alimentaria en Bolivia
- Pilar Mayordomo, coordinadora de Justicia Alimentaria en África
- Javier Guzmán, director de Justicia Alimentaria
Frente al modelo de producción y distribución agroindustrial, promovemos sistemas de producción local diversificados y extensivos, con circuitos cortos de comercialización, que generen dignidad en las economías locales, particularmente para las mujeres, respeten el medio ambiente y aseguren al campesinado precios justos que les permitan vivir de su trabajo.