Ana Fernández es alumna del Basque Culinary Center y ha realizado su trabajo de final de grado en la delegación de Euskadi de VSF Justicia Alimentaria Global. Estudiar las repercusiones sociales, ambientales y económicas de un comedor escolar sostenible y conocer de cerca la plataforma Gure Platera Gure Aukera le ha dado herramientas para comprender la complejidad del sistema alimentario y la gran apuesta que supone empezar cambiar el modelo en las escuelas.
1. ¿Qué trabajo desarrollaste como final de grado?
Mi trabajo de fin de grado con VSF ha consistido en evaluar un proyecto de comedor escolar saludable, ecológico y de proximidad puesto en marcha hace un año en la escuela Beko Benta, en la provincia de Bizkaia. Este proyecto forma parte de una prueba piloto de comedores escolares sostenibles y saludables que el Gobierno Vasco ha permitido poner en marcha en cuatro escuelas de la misma provincia.
La evaluación ha consistido, por un lado, en conocer los objetivos y logros alcanzados hasta la fecha por el proyecto, en términos de procedencia de los proveedores y alimentos, tipología de alimentos, frecuencias de consumo de alimentos del menú, etc. Por otro lado, y dado el carácter social del proyecto, también se ha evaluado la influencia o repercusiones que ha tenido para cada uno de los grupos de personas del entorno del comedor escolar: productores, comercios locales, alumnado, personal del comedor, familias, etc.
2. ¿Por qué elegiste VSF para realizar tu trabajo?
Elegí esta organización porque quiero que mi carrera gastronómica no esté desligada de los valores sociales y me pareció adecuado iniciar este rumbo en el trabajo de fin de grado, porque de alguna forma ya te posiciona ante lo que quieres hacer o el ámbito gastronómico en el que quieres trabajar.
3. ¿Cómo valoras haber formado parte del proceso Gure Platera Gure Aukera?
El movimiento Gure Platera Gure Aukera me parece algo muy especial. Por la cantidad de grupos de personas distintas que ha conseguido aunar en la lucha por un cambio de modelo de comedor escolar, por la fuerza que el movimiento ha tomado en tan poco tiempo y por lo que reclama, que va más allá de una alimentación saludable para el alumnado y sostenible con el medio ambiente, sino que también reclama la importancia de la educación alimentaria, un sistema de comedor escolar que sea participativo, democrático, transparente y que apoye la economía y cultura alimentaria de su región. Quizás sea pedir demasiado, pero a veces la ambición ayuda a conseguir lo que se busca. Considero que la creación de este movimiento ha sido fundamental para cambiar el debate público del actual modelo de comedor escolar en Euskadi y ponerlo en la agenda de las esferas políticas.
4. ¿Cómo valoras tu experiencia en esta organización?
La etapa que he vivido con la organización ha sido muy enriquecedora. Me llevo nuevos conocimientos que complementan mi formación gastronómica desde el punto de vista social, personas fantásticas, crecimiento personal y profesional gracias a la autonomía que he tenido para desarrollar mi trabajo, y también me ha permitido conocer cómo es el trabajo que desarrolla una ONG y qué labor hace por intentar sensibilizar a la población, en este caso, en el ámbito de la alimentación y las repercusiones del actual sistema alimentario industrial.
5. ¿Y tu futuro por dónde pretendes orientarlo?
El curso que viene voy a hacer un máster de agricultura ecológica en la Universidad de Barcelona. Desde hace un año estoy muy interesada en el tema de la agricultura y me apetecía formarme en ello. Después del master. . . ¡todavía no lo sé! Lo que me gustaría es montar una empresa social algún día y me gustaría que tuviera relación directa con la agricultura y la alimentación, pero no sé si esto vendrá nada más acabar el master o me tomaré unos años para seguir formándome y ganar experiencia antes de terminar de dar forma a mi idea.