
El consejo de la UE, integrado por los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembro, ha cedido una vez más a la presión de los lobbies dando vía libre para que los distintos Estados establezcan sus propios límites a la regulación sobre posiciones especulativas en alimentos básicos. Esta posición se opone frontalmente a la recomendación realizada por el Parlamento Europeo, el pasado mes de octubre, que abogaba por el establecimiento de normas europeas sobre los límites de posición para crear un espacio controlado a nivel europeo.
La decisión del Consejo abre la puerta a la competición entre los diferentes estados que tenderán a una mayor desregulación y a un incremento de las posiciones especulativas que tendrá un impacto inmediato en el incremento de los precios de los alimentos.
En definitiva, la UE renuncia a contar con unos límites claros y comunes de cara a la decisión final sobre la nueva regulación de la Directiva Europea MIDFID (Mercados e instrumentos financieros) que tendrá lugar en marzo del año que viene, un hecho cuanto menos llamativo teniendo en cuenta que incluso EE.UU. que ha aprobado los límites de posición para una seria de productos alimentarios.
La directiva MIDFID ha generado expectativas en todos los movimientos sociales y organizaciones preocupados por la especulación alimentaria, ya que podría suponer un punto de inflexión para parar la escalada sin freno de los precios de los alimentos a nivel mundial, restringiendo las actividades de las empresas de gestión de fondos que siguen a participando en el negocio del precio de los alimentos. Cabe recordar que este negocio que genera hambre y pobreza en las poblaciones más vulnerables (la subida de los precios de las materias primas que generaron las crisis alimentarias de 2008 y 2011 fueron, en su gran medida, provocadas por los mercados financieros).
El Gobierno español, por su parte, no sabe no contesta. Desde hace más de un año tiene este asunto sobre su mesa en forma de propuesta no de ley aprobada por el Parlamento Español que exigía urgentemente la regulación financiera para evitar las prácticas de la especulación alimentaria, no hay que olvidar que hay Bancos españoles implicados en este tipo de negocio.