Logro de la Nación Yampara por la recuperación de sus tierras comunitarias de origen

13/11/2020 - 15:30

Autoridades originarias de la Nación Yampara han recibido siete títulos colectivos entregados por el Estado, que significan el reconocimiento legal de sus Tierras Comunitarias de Origen (TCO). Este proceso, que ha sido celebrado con la danza típica del Ayarichi, ha supuesto un periplo de más de 11 años,  pero el hecho de que llegue tarde no esconde la victoria que representa. Para Justicia Alimentaria, que ha estado acompañando este proceso desde sus inicios, es una clara victoria de las comunidades originarias en su lucha por la recuperación de sus recursos naturales. La organización ha estado acompañando este proceso con acciones vinculadas a la “Promoción del Buen Vivir del Pueblo Yampara" y se han basado en el desarrollo de capacidades para la concreción de sus derechos territoriales. También, a través de la gestión territorial indígena para el Buen Vivir de las Mujeres Indígenas Yampara en Bolivia se han estado construyendo las bases de los planes de gestión territorial indígena. 

Este largo proceso empezó en 2009 cuando las autoridades originarias presentaron el memorial de solicitud de titulación de sus TCO ante el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) en Chuquisaca. Sin embargo, a partir de este momento empezó un periplo de trabas y tropiezos hasta poder conseguir el propósito.

Desde Justicia Alimentaria se considera que el reconocimiento de tierras es probablemente una de las mejores formas de preservar el territorio. Los lugares titulados por comunidades originarias y tradicionales se caracterizan por ser de los sitios mejor conservados, ya que son terrenos que los cuidan todos sus habitantes pero que en realidad no son de nadie, son de la comunidad. Además, el manejo de prácticas tradicionales hace que el respeto por la naturaleza y por la salud de sus habitantes sea la tónica habitual. La Ley de la Reforma Agraria (Ley Nº 1715 Ley INRA), reconoce que “las tierras comunitarias de origen son los espacios geográficos que constituyen el hábitat de los pueblos y de las comunidades indígenas y originarias a los cuales han tenido tradicionalmente acceso y donde mantienen y desarrollan sus propias formas de organización económica, social y cultural, de modo que aseguren su sobrevivencia  y desarrollo. Son inalienables, indivisibles, irreversibles, colectivas, compuestas por comunidades o mancomunidades, inembargables e imprescriptibles”.

Los recursos naturales de Bolivia, y de muchas otras partes del mundo, son un caramelo para empresas transnacionales que se dedican básicamente a la agricultura de exportación. En Bolivia se trata mayoritariamente de cultivo de soja que se utiliza como agrocombustible o para la alimentación de ganado. Todo esto conlleva que la seguridad alimentaria del país peligre si se vende el territorio al capital, si la tierra sirve para beneficiar a unas cuantas empresas y no para alimentar a su población. Por ello es muy importante recuperar y conservar la tierra y el territorio y, para conseguirlo, la teoría y las leyes, deben ser llevadas a la práctica.

La movilización social y la incesante lucha del campo y la ciudad ha sido y es clave para devolver la tierra a sus comunidades.

 

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