El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social acaba de anunciar una serie de medidas destinadas a mejorar la Estrategia Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (Naos). Esta ha sido una reivindicación de diversos actores sociales y académicos que, ante la magnitud del problema de salud pública generada por el consumo excesivo de alimentos insanos, habían propuesto actuar con urgencia a través de diferentes políticas públicas.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha señalado tres grandes ámbitos de actuación:
Etiquetado nutricional en base al sistema Nutri-Score. Se trata de un avance y una mejora significativa respecto al sistema actual, por ser más claro, eficiente y sencillo, facilitando las decisiones a la hora de adquirir o no determinados alimentos en base a su perfil nutricional. Tan importante como el cambio de sistema de etiquetado es la posición del mismo en los envases alimentarios. La industria alimentaria consiguió, en el último cambio normativo, esconder el etiquetado nutricional y situarlo fuera del lugar frontal recomendado por instituciones científicas y organismos internacionales como la OMS. Por ello, instamos al Ministerio de Sanidad a que la nueva normativa determine la ubicación frontal del Nutri-Score. Adicionalmente, la permisividad actual para el uso de avales científicos y de declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en productos no saludables confunde al consumidor, por lo que también solicitamos que solo se permita el uso de los mismos en productos saludables, con la máxima calificación del Nutri-Score, tal como recomienda en su preámbulo la directiva europea que regula declaraciones nutricionales y de propiedades saludables.
Son también avances los anuncios de medidas en colegios e institutos para impedir la venta de alimentos y bebidas con alto contenido en azúcar, ácidos grasos saturados y trans, sal y calorías, como la elaboración de guías sobre las contrataciones públicas de menús, cátering y vending para tener en cuenta la calidad nutricional de los productos. Teniendo en cuenta que las máquinas expendedoras de alimentos y bebidas no saludables están invadiendo muchos espacios públicos, no solo colegios e institutos, sino también otros, como hospitales y centros de salud, instalaciones deportivas, centros de la administración pública, estaciones de transporte (autobuses, trenes, metro), etc., el Ministerio tiene la oportunidad de transformar un entorno promotor de obesidad en otro que promueva la alimentación saludable, mediante la elaboración de una lista de productos saludables (fruta fresca entera, frutos secos, zumos de frutas y de hortalizas licuados sin azúcares ni edulcorantes añadidos, que no procedan de concentrados, y yogures o leche sin azúcares añadido), que deberían ser los únicos disponibles en centros relacionados con la salud (hospitales, centros de salud e instalaciones deportivas públicas) y la educación (en especial, en la educación dirigida a menores).
El tercer punto consiste en la intención manifestada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social de limitar la publicidad de los alimentos poco saludables dirigida a menores de 15 años. Reconoce el Ministerio que existe evidencia de que la publicidad influye en las preferencias, compras y en los comportamientos de la población infantil y adolescente respecto a los alimentos y bebidas. Si bien el diagnóstico nos parece correcto, falta ver como se concreta la medida para que esta sea efectiva. De entrada, los informes y estudios existentes demuestran que los sistemas basados en la autorregulación no son efectivos, por lo que proponemos que sea la administración quien regule la publicidad, como ya se está haciendo en otros países. Tanto los datos científicos disponibles como los informes de la OMS indican que los sistemas voluntarios, como el actual código PAOS, no son una buena herramienta para reducir los impactos de la publicidad de alimentos insanos en la población infantil y el consumo de los mismos. Además, para que la regulación sea efectiva, instamos a usar el perfil nutricional de la OMS, diseñado para tal fin, y que esta sea aplicada en todos los medios publicitarios, contemplando también la prohibición de patrocinios de eventos deportivos y otros eventos dirigidos a menores por empresas de productos no saludables, del uso de técnicas de marketing promocional como los regalos y del uso de avales científicos en productos no saludables, actualmente permitido por el artículo 44.4 de la ley 17/2011, de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Por último, echamos de menos propuestas sobre políticas fiscales y de precios, que cuentan con el apoyo de expertos, sociedad civil y OMS, y que ya se están aplicando con éxito en otros países y, en el caso del impuesto a las bebidas azucaradas, también en Cataluña.
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