Alta tensión en el sistema alimentario. Millones de personas hambrientas en el mundo, población obesa en el Norte global, campesinos que ya no pueden vivir de su trabajo y un planeta con recursos limitados que cada día está más cerca de estallar. ¿Quién es el responsable? El agronegocio, unas pocas empresas que se enriquecen a costa de nuestra alimentación, un derecho humano que no se respeta.
Los alimentos cercanos y tradicionales son cada vez más difíciles de encontrar. Los mercados alimentarios de proximidad están desapareciendo constantemente. Los/as pequeños/as productores/as y los pequeños comercios estan asfixiados por la presión de las grandes superficies.
Con esta campaña queremos provocar un cortocircuito para hacer volar por los aires el sistema agroalimentario actual, injusto y gobernado por pocas multinacionales hijas del capitalismo más atroz, queremos construir una alimentación basada en Sistemas Alimentarios Locales.
Necesitamos circuitos cortos que acerquen al productor/a y consumidor/a. La revitalización de los mercados alimentarios locales es necesaria e imprescindible social, cultural y económicamente, pues supone: la reactivación de la economía local de las zonas rurales, la creación de puestos de trabajo, permite el acceso a alimentos sanos, de temporada y proximidad, fomenta métodos de producción más respetuosos con el medio ambiente, y hace más fuertes las relaciones entre consumidores y productores.
Las administraciones y los poderes públicos pueden, y deben, tener un rol determinante para impulsar estos mercados alimentarios locales y no únicamente con acción legislativa y presupuestaria sino como consumidores o “compradores” de alimentos.
El poder de compra de alimentos de las distintas administraciones públicas es muy importante, se estima que destinan entre 2.000 y 3.000 millones de euros a las compras alimentarias cada año.
Si este volumen de compra se realizara en mercados de proximidad estaríamos ante el catalizador definitivo para crear, fortalecer y extender una red de mercados locales viables con unas consecuencias importantes a nivel económico, social y cultural.
Desde la campaña “Cortocircuito” creemos que es imprescindible y urgente la puesta en marcha de una política pública que impulse y favorezca las iniciativas de compra pública de alimentos basada en una producción local y familiar.
Con la colaboración de:
Esta campaña ha sido realizada con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), con cargo al Proyecto “Somos lo que comemos (11-PR1-0494)”. El contenido de dicha publicación es responsabilidad exclusiva de VSF Justicia Alimentaria Global y no refleja necesariamente la opinión de la AECID.