A finales del pasado mes de agosto entraba en vigor en Ecuador el sistema de etiquetado semáforo, que debe exhibirse en los envases de todos los productos procesados y señala el nivel de azúcar, grasa y sal con los colores rojo (alto), amarillo (medio) y bajo (verde). Este sistema tendrá que ser usado por todas las empresas que fabrican, importan o comercializan alimentos y bebidas no alcohólicas.
En esta línea estamos avanzando desde la campaña “25 Gramos”, en la que precisamente exigimos para el estado español que se establezca un etiquetado obligatorio para todos los productos alimenticios y bebidas que indique de manera sencilla y clara si contienen altas, medias o bajas cantidades de azúcar en función de las recomendaciones de la OMS. Las etiquetas deben advertir claramente del riesgo que significa el consumo habitual de productos con altos contenidos de este ingrediente.
Las etiquetadas nutricionales de los productos alimentarios que encontramos actualmente en los estantes de nuestro supermercado están basadas en un sistema de etiquetado diseñado por la industria, el cual ha logrado instalarse en todos los envases que forman parte de nuestra alimentación diaria. Desde 25 Gramos planteamos serias dudas sobre su eficacia y transparencia.
¿En qué consiste el etiquetado semáforo?
El llamado etiquetado semáforo es un sistema de etiquetado intuitivo, sencillo, riguroso y práctico avalado científicamente, aplaudido por los consumidores y rechazado por la industria. Consiste en determinar la cantidad de energía, grasas, azúcares y sal que contiene un alimento, compararlo con las cantidades máximas recomendadas y otorgarle un color a cada cifra en función de si está lejos, cerca o muy cerca de ese límite. Los colores son los del semáforo por motivos obvios: verde indica que no hay problema; naranja, precaución; y rojo, mucha atención. La información sobre el contenido de nutrientes es sencilla de obtener, y la única dificultad técnica estriba en determinar qué cantidades marcan el cambio de color de uno de esos ingredientes que hay que controlar. La mayor parte del etiquetado semáforo que existe se basa en la información facilitada por los estudios de la agencia de salud pública del Reino Unido y que ha sido ampliamente avalada. La misma agencia, de la mano del Ministerio de Sanidad del Reino Unido, ha elaborado una guía técnica muy útil para quien quiera profundizar en estos aspectos.
El grupo de distribución Eroski ha adoptado también el etiquetado nutricional en semáforo para sus productos. En este caso han realizado una adaptación (más acorde a las exigencias de la industria alimentaria) del modelo inglés, suavizando los colores y apostando por la cantidad CDO por ración en lugar de los 100 g. Con todo, estos son sus varemos, primero por % CDO y luego por cantidad total en gramos de nutriente que aporta cada porción.
Colores del semáforo |
Verde: Indica que la ración de consumo aporta menos del 7,5% de la Cantidad Diaria Orientativa. Es decir, la ración aporta una cantidad baja del nutriente, por lo que si ves mucho verde significa que vas por el buen camino. |
Amarillo: Señala que la ración de consumo aporta entre el 7,5% y el 20% de la Cantidad Diaria Orientativa. Es decir, una cantidad media del nutriente, por lo que se debe prestar atención. |
Naranja: Nos dice que la ración de consumo aporta más del 20% de la Cantidad Diaria Orientativa. Es decir, una cantidad alta del nutriente, por lo que no debes abusar de ese nutriente en el resto de comidas del día y en ocasiones puede que tengas que echar el freno. |
Lo ideal, por todo lo que hemos visto hasta ahora, es que esta información se facilite en el frontal del envase, de manera visible, y que las cantidades y colores estén referidas en base a los 100 g para determinar así el perfil nutricional del alimento independientemente de la ración que cada uno vaya a tomar.
La lista de informes que avalan el etiquetado semáforo es larguísima. El estudio comparativo más completo realizado hasta la fecha en la comprensión de los consumidores de los distintos sistemas de etiquetado de los alimentos llegó a conclusiones muy similares. Este estudio fue encargado por la Agencia de Normas Alimentarias (FSA) del gobierno del Reino Unido, y esto es lo que encontraron los investigadores: la combinación de los tres colores de los semáforos con un texto que indique Alto, Medio, Bajo sobre la cantidad del nutriente son cruciales para que el consumidor pueda entender la información nutricional. Según el estudio británico, hay dos sistemas de etiquetado basados en las propiedades nutritivas que son significativamente más fáciles de entender que otros sistemas: o una combinación de texto (alta / media / baja) más los colores del semáforo (rojo / ámbar / verde), o una combinación de texto, colores del semáforo y los valores porcentuales de CDO. El modelo de la industria, que utiliza solamente los valores en porcentaje de ración (sistema CDO), se queda muy por debajo. El estudio de la FSA es especialmente importante por dos motivos, el primero porque es un estudio público oficial, y el segundo porque es el único estudio completo independiente realizado en condiciones de compra reales.
Por todo esto, desde VSF Justicia Alimentaria Global, y desde la campaña 25 Gramos insistimos: es estrictamente necesario un cambio en el sistema de etiquetado que sea realmente útil, eficaz y que esté alineado con las políticas de salud.