Javier Guzmán, director de VSF Justicia Alimentaria Global, participó el pasado 27 de enero en el V Diálogo Ecosocial de Fuhem bajo el título “¿Comer es un acto peligroso? Entre mitos, verdades y alertas, el cuestionamiento de nuestros modelos alimentarios”. El encuentro, que tuvo lugar en Madrid, contó con la aportación de expertos como Carlos Alberto González, de la Unidad de Nutrición y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología; Fernando Mantecas, de Carnes de producción ecológicas BRAMAN, y Ana Etchenique, de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
El diálogo, que se pudo seguir en streaming y fue posteriormente subido a YouTube, trató diversos temas relacionados con las consecuencias para la salud y el medio ambiente de determinadas elecciones alimentarias, como por ejemplo la reciente polémica por la relación entre el consumo de carne y el cáncer, la regulación de la industria alimentaria o los problemas de acceso de los consumidores a una alimentación saludable.
En este sentido, Javier Guzmán destacó que existe un problema social y de clase del que nunca se habla y que se encuentra directamente relacionado con el acceso a la comida y los problemas que se derivan de una alimentación poco saludable. “Casi 1 millón de personas en España se alimenta en bancos de comida, pese a ser un país en el que sobran alimentos”, expuso Guzmán. “España es el primer país de la UE y segundo en el mundo en obesidad infantil, y si comparamos los niveles de renta de los barrios más empobrecidos de la ciudad de Barcelona con los nivel de población con diabetes de tipo 2, vemos que coincide. Es sin duda un problema social”.
Con respecto al acceso a los productos alimenticios ecológicos, el director de VSF recordó que sin unas políticas públicas que apuesten directamente por un cambio en el modelo de producción y distribución y que desgraven los productos saludables, ecológicos y de proximidad para incentivar su consumo, no podremos escapar de contradicciones como la de ser el país del mundo que más productos ecológicos produce pero que exporta un 80 % de ellos.
“Comer es uno de los principales actos políticos, y si nos encontramos en esta situación es porque, en los últimos 30 años, se han promovido políticas activas a favor de un modelo de alimentación industrial y globalizado”, apuntó Guzmán. Como ejemplo claro, existe el caso de los comedores de colegios públicos, en los que podrían darse dinámicas de consumo enfocadas a promover el circuito corto desde la propia administración, pero donde lo que ocurre en realidad es que casi el 80% de los comedores dependen de grandes empresas de cátering.
Por su parte, Ana Etchenique expuso que “la soberanía alimentaria es volver a rescatar lo que hemos hecho bien durante siglos y volver a hacerlo mejor”, y advirtió que al alejarnos de un sistema de alimentación más sencillo, natural, ecológico y sostenible para dejarnos llevar por la comodidad de la compra rápida y desinformada “hemos entrado en un tipo de vida en el que la mezcla de lo que absorbemos por la piel, lo que comemos y lo que respiramos es una bomba de relojería para nuestro organismo”.