Artículo de opinión de Javier Guzmán, director de VSF Justícia Alimentaria Global, publicado en nuevatribuna.es
Los paraísos fiscales son parte del entramado del hambre mundial. ¿Saben por qué? Según palabras literales del informe del relator de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación sobre especulación alimentaria: “En el incremento del precio de los alimentos, que ha sumido en el hambre a más de 1000 millones de personas, juega un papel importante la entrada en el mercado de derivados financieros basados en productos alimentarios”.
Para que estos movimientos especulativos en alimentos tengan lugar es condición hacerlo en lugares opacos, en mercados paralelos, en el salvaje oeste. Allí donde no hay normas, no hay transparencia ni queda registro alguno de nada. Son los conocidos paraísos fiscales. Estos paraísos fiscales no es únicamente el lugar dónde algunas personas esconden su fortuna al fisco, en realidad son plataformas para la especulación financiera y alimentaria, aunque es realmente difícil la cuantificación la Tax Justice Network dice que en datos 2010 unos 32 billones de dólares (con 12 ceros) de los activos financieros mundiales está invertida en el agujero negro de los 80 paraísos fiscales. Los datos son abrumadores, aproximadamente el 80% de la totalidad de la inversión financiera en el ámbito agrícola cumple características de especulación financiera y estos se realizan fundamentalmente en estos espacios.
¿Y este juego de casino cómo afecta a la alimentación? Pues al menos 40 millones de personas de todo el mundo fueron empujadas al hambre a causa de la crisis de los precios de los alimentos de 2008. La misma cifra (44 millones de aumento de la pobreza) se estima que fue debida al incremento de la especulación alimentaria entre 2010 y 2011.
Desde la crisis del 2008 varias organizaciones, entre ellas VSF Justicia Alimentaria Global hemos estado denunciando esta realidad y exigiendo la retirada total y absoluta de la especulación sobre un derecho humano como es el de la alimentación. Y eso es lo que hemos exigido varias veces al gobierno del Estado español. Reclamamos que cumpla con las obligaciones jurídicas que el Estado tiene adquiridas con respecto a este derecho humano básico y acabe de una vez la especulación financiera de la alimentación.
La Unión Europea no ha hecho apenas nada para mejorar la regulación de los mercados financieros ni para acabar con la especulación alimentaria y aunque se establezcan regulaciones y restricciones a estos movimientos especulativos en los mercados bursátiles, no tendrá apenas importancia, porque como decíamos más arriba el gran volumen de capital tiene lugar en paraísos fiscales, es decir ni siquiera hay voluntad de limitar los mercados regulados, pero aunque se hiciera no serviría de casi nada, ya que como hemos visto el juego está en otra parte. Es inmoral y criminal no eliminar los paraísos fiscales, y quién debe empezar a hacerlo es la Unión Europea y sus estados que, a su vez, son de los más importantes propietarios o clientes de estos paraísos