Virginia Cabellero ha visitado Honduras gracias a la beca de sensibilización 2017 de VSF Justicia Alimentaria Global. Hablamos con ella de su experiencia, de las principales amenazas que acechan el país y del trabajo que se está realizando para mitigar estos problemas, sobre todo en zonas rurales y con los colectivos más vulnerables.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia?
Ha sido muy gratificante para mí poder ver cómo los proyectos que la organización lleva a cabo en el país dan una alternativa sostenible y sana al campesinado de zonas agrarias deprimidas. Teniendo en cuenta que Honduras cuenta con unos niveles de pobreza de más del 65% y esta situación se agudiza en las zonas rurales, ver el impacto positivo que las intervenciones que se están llevando a cabo allí están teniendo en las y los participantes y sus familias, es muy esperanzador.
Además, todo esto lo he podido observar desde una posición privilegiada, ya que he sido muy bien acogida en todos los lugares que he visitado, tanto por los técnicos y personal de las diferentes organizaciones, como por las gentes de las comunidades participantes, que han sido muy hospitalarias conmigo. Con algunas de esas personas, tuve la oportunidad de compartir almuerzos, charlas, viajes, visitas a sus casas de las que amablemente me abrieron las puertas...Gracias a eso, he podido conocer un poco más su cultura, cómo les afecta la situación que vive el país y cómo es su día a día.
- Y tu día a día, ¿cómo era? Cuéntanos…
Todos los días han sido diferentes. He visitado tres proyectos en diferentes zonas rurales del país donde tuve la oportunidad de participar en diversos eventos, como reuniones con grupos de mujeres que habían puesto en marcha pequeños proyectos productivos relacionados con la alimentación, visitas a parcelas de campesinos y campesinas reconvertidas a la agroecología, una feria agroecológica de intercambio de productos, formaciones en diferentes materias…
También estuve dos semanas en la capital, Tegucigalpa. Allí visité las sedes de diferentes organizaciones que colaboran con VSF Justicia Alimentaria, fui a varias ruedas de prensa de grupos feministas, participé en el proceso electoral como observadora internacional el día de las elecciones generales... Ha sido muy interesante, y diverso.
- ¿Encontrarías un punto en común para definir los proyectos visitados y su forma de trabajar?
Todos organizan y forman a agricultoras y agricultores para que desarrollen su potencial, defiendan sus derechos y puedan aprovechar los recursos locales de los que disponen. De esta forma desarrollan modelos de producción más justos que garantizan su alimentación y la de sus familias.
Además, destaca la dedicación de los expertos facilitadores, técnicos y voluntarios. Todos ellos seguían una línea de trabajo dinámico, poniendo el máximo empeño y tenacidad en lo que hacían, incluso muchas veces dejando a un lado sus obligaciones personales y familiares para asegurar que los proyectos tuvieran éxito y por tanto las personas que estaban participando en los mismos pudiesen salir adelante de manera satisfactoria.
- ¿Cómo se trata el tema de género en los proyectos en los que trabajamos en el país?
Todos los proyectos incorporan políticas de género en su elaboración y gestión y se trabaja por sensibilizar y educar sobre la importancia de este tema a nivel interno y externo, pero todavía falta mucho por hacer, teniendo en cuenta que el índice de desigualdad de género en el país supera el 68%. Para mí, el problema fundamental es que se intenta dar un trato de igualdad a hombres y mujeres, dándoles las mismas herramientas, sin tener del todo en cuenta que parten de un estado de inequidad evidente, ya que son las mujeres las que se encargan casi en su totalidad de las tareas reproductivas y del hogar. Habría que profundizar más en dar soluciones a las causas de esa inequidad, para que las mujeres puedan participar en los proyectos al mismo nivel que los hombres.
- Honduras actualmente tiene serias problemáticas, ¿se aguda esto en las zonas rurales?
Honduras presenta una problemática económica y social grave y difícil de ser resuelta en un futuro próximo. Los niveles de pobreza son extremos, siendo solo superados por los de corrupción y delincuencia. Esta situación se agudiza en las zonas rurales del país, efectivamente. Allí las grandes empresas internacionales junto con las elites políticas y empresariales nacionales, amenazan y agreden a las agricultoras y los agricultores locales para que dejen sus tierras, y poder así explotarlas para su propio beneficio. Estos agricultores se quedan si su medio de sustento principal por la falta de acceso de la tierra y por la contaminación de la misma, y en algunos casos pueden incluso a llegar a perder su vida o la de sus familiares.
- Los efectos del cambio climático son presentes ya en algunas zonas y afectan al día a día de campesinos y campesinas, ¿verdad?
Los efectos son visibles y de hecho se han intensificado durante los últimos años en el país. Los principales retos a afrontar en las zonas rurales son los huracanes, las sequías y la erosión de los suelos.
El proyecto de parcelas agroecológicas familiares llevado a cabo junto a la Asociación para el Fomento de la Agricultura Ecológica en Honduras (ANAFAE) contempla medidas para mitigar estos efectos, mediante la recuperación de la fertilidad de los terrenos, la plantación en bancales y la construcción de tanques recolectores de agua, por ejemplo, pero si se sigue así a nivel mundial, puede que no sea suficiente en un futuro próximo.
Además, hay que añadir a esto la contaminación por transgénicos, que dificulta la obtención de semillas de calidad y no estériles y pone en peligro las variedades autóctonas, que están mejor adaptadas a las condiciones locales y por tanto son más resistentes al cambio climático.
- Teniendo en cuenta que el país más peligroso del mundo para activistas ambientales, ¿cómo lo has vivido?
La falta de seguridad no ha sido un problema para mí gracias a la adecuada planificación de la organización. Primero, fue muy útil contar con la puesta en contexto que recibí durante las reuniones que mantuve con varios compañeros de la misma. He de agradecer además el seguimiento que estos realizaron durante mi estancia allí. Además, sobre el terreno, el protocolo de seguridad fue seguido en todo momento por los responsables de las diferentes organizaciones hondureñas por los que estuve acompañada.
Por otro lado, lo que ha sido impactante para mi es ver cómo hay muchas personas que luchan por devolver los derechos de la tierra al pueblo hondureño poniendo en riesgo incluso su vida. Los activistas ambientales y sus familiares en el país se enfrentan a las más duras injusticias desde la casi completa indefensión. Creo que internacionalmente se debería exigir al gobierno hondureño que termine con esta situación de abuso de forma inmediata y acabe con más muertes innecesarias.
Gracias Virginia, ¡ha sido un placer!