Madrid, a 14 de junio de 2021
Sr. D. Luis Planas Puchades Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Sra. Dña. Arancha González Laya Ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Asunto:
Participación del Gobierno de España en la Cumbre de Sistemas Alimentarios de Naciones Unidas
Nos dirigimos a ustedes en el marco de la organización de la Cumbre de Sistemas Alimentarios (UNFSS) impulsado por el Secretario General de Naciones Unidas para el próximo mes de septiembre en Nueva York. Queremos expresar nuestra profunda preocupación por el proceso que rodea a la UNFSS y por el papel que está jugando el Gobierno de España en la organización de dicha Cumbre.
En primer lugar, consideramos que la UNFSS no se está construyendo sobre el legado de las anteriores cumbres mundiales sobre la alimentación, que estaban claramente ancladas en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y que dieron lugar a la creación de mecanismos de gobernanza innovadores, inclusivos y participativos con el objetivo de llevar a la realidad el derecho a una alimentación adecuada para todos.
En segundo lugar, el acuerdo de asociación estratégica firmado en junio de 2019 con el Foro Económico Mundial (FEM) arroja una nube sobre la integridad de la ONU como sistema multilateral. Además, el nombramiento de la Sra. Agnes Kalibata, actual Presidenta de la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA) como su Enviada Especial para la Cumbre presenta un claro conflicto de intereses con respecto al propósito declarado de la Cumbre. Vemos cómo en lugar de aprovechar las experiencias innovadoras de gobernanza que ofrece el sistema de las Naciones Unidas, la asociación entre la ONU y el FEM está ayudando a establecer el "capitalismo de las partes interesadas" como modelo de gobernanza para todo el planeta. Las plataformas de múltiples interesados del FEM carecen de legitimidad democrática y se centran, en cambio, en aprovechar las oportunidades de la Cuarta Revolución Industrial en beneficio de las empresas transnacionales y el capital financiero mundial.
En cambio, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas (CSA) y la FAO, con el mandato de poner fin al hambre y la malnutrición, ofrecen un modelo diferente. El CSA es ampliamente reconocido como el Comité de la ONU más inclusivo y participativo en el que los grupos más afectados por el hambre y la malnutrición -los pueblos indígenas, las personas sin tierra, las mujeres, los trabajadores rurales, los campesinos, los pescadores, los pastores, los consumidores, las personas que padecen inseguridad alimentaria en las zonas urbanas y los jóvenes -pueden participar significativamente y activamente en la elaboración de decisiones intergubernamentales sobre las mejores políticas para garantizar la realización del derecho humano a una alimentación adecuada para todos. El CSA está negociando actualmente directrices sobre los sistemas alimentarios y la nutrición, así como recomendaciones de políticas sobre agroecología, que abordan genuinamente las preocupaciones que la cumbre propuesta de la ONU desea perseguir. Por su parte, la FAO ha adoptado políticas claras de colaboración con la sociedad civil, los pueblos indígenas y los productores de alimentos en pequeña escala, así como marcos normativos y procesos sustantivos para transformar los sistemas alimentarios, como los Diez elementos de la agroecología aprobados por el Consejo de la FAO en diciembre de 2019. La FAO desempeña además un papel fundamental en el Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar y también apoya la elaboración y aplicación de la labor conjunta de Koronivia sobre la agricultura y otros múltiples elementos de las
negociaciones internacionales relacionados con la alimentación y la agricultura.
En tercer lugar, observamos cómo la organización de esta Cumbre supone un intento encubierto de deslegitimación de los mecanismos y espacios de la ONU en materia alimentaria, en especial del CSA, y abre la puerta a la reforma de dicho
mecanismo sin justificación alguna, como muestra la reciente comunicación presentada por la Secretaría General1. Además entendemos que esta Cumbre debilita considerablemente el papel de los
Estados, margina y excluye a las organizaciones de la sociedad civil, y en particular las organizaciones de productores de alimentos. Especialmente relevante es la falta de inclusión democrática de la sociedad civil representada en el Mecanismo de la Sociedad Civil del CSA.
En cuarto lugar, la organización de UNFSS y su proceso también están en flagrante contradicción con las prioridades de las políticas de España y de la Unión Europea, como el Pacto Verde Europeo y las estrategias De la Granja a la Mesa y de Biodiversidad. Especialmente preocupante resulta el excesivo énfasis puesto en las soluciones tecnológicas que se presentan como una solución universal a los problemas de los sistemas agroalimentarios. Por el contrario, estamos realmente convencidos de que la digitalización, la robotización y las nuevas técnicas genómicas están escapando en gran medida a los productores y están aumentando el dominio de las grandes empresas digitales y biotecnológicas, cuya riqueza y poder han crecido exponencialmente, especialmente durante la pandemia de la COVID19. La desposesión paralela de los agricultores y otros productores de alimentos de sus medios de producción aumenta la pobreza rural y los problemas del sistema alimentario que nos comprometemos a resolver. En este contexto, la prioridad debe ser una apuesta decidida por la agroecología y por el cumplimiento íntegro de los derechos humanos de los productores de alimentos, tal y como establece la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales.
Las organizaciones firmantes de esta carta formamos parte de las más de 550 organizaciones de la sociedad civil firmantes de la carta enviada al Secretario General de Naciones Unidas2, en ese sentido y en coherencia con las propuestas trasladadas, no vemos otra opción que no participar en dicha Cumbre ni en los eventos previos. No vamos a dar validez a un espacio tan antidemocrático y carente de legitimidad. Además, demandamos al Gobierno de España que se abstenga de participar en dicha Cumbre y que solicite al Secretario General de la ONU que desarrolle claramente una estrategia para volver a un funcionamiento multilateral. España debería evitar cualquier seguimiento de la UNFSS a través de los Diálogos Nacionales y asegurarse de que su representación en las agencias con sede en Roma y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial sigan siendo los espacios centrales para los debates multilaterales sobre alimentación y agricultura.
Quedamos a su disposición para cualquier consulta sobre este asunto.
Sin más, reciban un cordial saludo.
Amigos de la Tierra
CERAI
COAG
Justicia Alimentaria