Agroecología y Soberanía Alimentaria: (re)politizando los sistemas agroalimentarios, es el título y la temática del VII Congreso Internación de Agroecología, que tendrá lugar en Córdoba el 30, 31 de mayo y 1 de junio de 2018.
En el marco del Congreso Justicia Alimentaria presentará los proyectos: “Sembrando y cocinando soberanía alimentaria. Una propuesta educativa destinada a la formación profesional de agraria y hostelería” y "Gestión participativa para la adopción de sistemas integrados de ganadería agroecológica en fincas de La Habana" (en adjunto).
__________
Tiempos de crisis ambientales, políticas y sociales. Tiempos donde la alimentación, las tierras y la biodiversidad es acaparada y gobernada por un mercado globalizado. La agroecología, como paradigma científico y como filosofía de acción, pertenece al campo de las alternativas para construir otros mundos: más sostenibles, más justos, más próximos a una soberanía alimentaria.
Por eso la agroecología no puede ser solo una técnica o un método de producción a intensificar. Tampoco puede encerrarse en un sello de certificación para mercados y consumos llamados “ecológicos”. Sin embargo, el concepto de “agroecología” empieza a ser cooptado por organizaciones internacionales, instituciones académicas y políticas públicas que lo utilizan sin alterar el marco (insustentable) de la “globalización alimentaria”. Se pierde su contenido profundo (social, ambiental, político). Se asume como un proceso técnico y de gestión de nuevos mercados agroalimentarios. En las revistas científicas la “agroecología” empieza a ser encerrada en una visión parcial y cada vez más purificada desde la “objetividad” y la “neutralidad”. La “agroecología científica” se hace cada vez más autorreferencial y alejada de los procesos socioambientales en los que se pelea para defender la vida frente a la agricultura expoliadora del capitalismo.
Por eso, tenemos una necesidad de repolitizar la agroecología, de reivindicar la toma de partido en la lucha por la vida desde procesos colectivos, emancipadores y sustentables. Reivindicar las rebeldías frente a la globalización de hambrunas y malnutriciones, la concentración de poder en manos de las transnacionales, los ecocidios y los epistemicidios. Reivindicamos por ello las luchas por el territorio, la demanda de una soberanía alimentaria, el derecho a la alimentación, tal y como realizan movimientos sociales campesinos, indígenas o aquellas redes que promueven un decrecimiento con criterio de justicia global. La lógica del libre comercio neoliberal sigue provocando hambre, dolor y destrucción; la concentración de poder desde las empresas de semillas, químicos biocidas y tecnología continúan su carrera de privatización y mercantilización de la vida; el acaparamiento de tierras en todo el mundo se enfrenta a la reivindicación desde la soberanía alimentaria de una reforma agraria integral; las condiciones de trabajo en el campo de locales y migrantes sigue siendo un horror social; el poder de la gran distribución pretende apoderarse de todos los mercados; las políticas públicas siguen rindiéndose a los lobbys de la industria; las mujeres en el medio rural siguen como subalternas de la subalternidad; etc. Desde La Vía Campesina en sus diferentes momentos históricos, foros de soberanía alimentaria, Nyelení o en la actualidad desde su VII Conferencia, junto con los movimientos afines, sigue denunciando y peleando por cambiar este modelo agroalimentario, al igual que todos los colectivos y experiencias que en los distintos territorios pelean por la soberanía alimentaria y la agroecología.
Entendemos que la agroecología es, sobre todo, una visión política para la construcción de nuevas sociedades para una urgente respuesta a los problemas que nos acucian globalmente. Nuevos mundos, a escala local y en un plano global, en los que pongamos la vida en el centro. El objetivo será poner en pie procesos que cuiden y sostengan cuerpos y territorios de forma sustentable. Donde
la producción, la distribución y el consumo de alimentos sean ambientalmente sanos, socialmente justos, económicamente viables, culturalmente apropiados, completos nutricionalmente, a través de sistemas agroalimentarios relocalizados. La agroecología es política, la agroecología es el camino para la construcción de nuestras soberanías alimentarias.
Apostamos por una agroecología que desafíe las explicaciones que el propio sistema agroalimentario especulativo y globalizado nos da sobre: el hambre, la pobreza rural, la malnutrición, el cambio climático o el consumo ecológico (como nicho de mercado). Para ello hay que seguir redescubriendo, acompañando y construyendo prácticas y experiencias agroecológicas en todos los rincones del planeta, desde la agricultura campesina y la agricultura familiar hasta los modelos de consumo y las culturas alimentarias sustentables. Apoyando alternativas que nos van articulando otros mundos: desde el intercambio de semillas de variedades locales entre agricultoras, hasta la defensa de alimentos justos y sanos; pasando por sistemas de certificación apropiados, circuitos cortos sostenibles y la defensa colectiva del patrimonio agrario; creando sinergias para una agroecología política.
Porque la agroecología es autonomía, es creatividad, es procesos colectivos, es cooperación social anclada en nuestros territorios. La agroecología es ciencia, es práctica y movimiento. Es suelo, granja y sistema agroalimentario. Es movimientos sociales y políticas públicas. Y tendrá que ser feminista o no será: debe abrazar la vida y dejar de invisibilizar a las mujeres y su papel en la reproducción de la misma; romper los moldes del patriarcado y sus formas de dominación sobre la naturaleza y sobre las personas; construir espacios y prácticas de igualdad, de empoderamiento colectivo, de libertad de decisión y de nuevas formas de valorar la vida desde economías feministas y economías ecológicas.
Por todo ello, estamos imaginando este congreso agroecológico como un espacio de encuentros e intercambios. Buscamos construir sinergias y alimentar apoyos entre el mundo académico, el político, el social y el conjunto de redes que parten de iniciativas concretas: nuestros grupos de trabajo estarán compuestos por integrantes de estos mundos; lanzaremos colectivamente reflexiones políticas sobre los grandes temas que nos preocupan y sobre las alternativas que queremos ayudar a construir. Pretendemos además permear con este color agroecológico a la ciudad de Córdoba. Para disfrute de todas las que venís de fuera y para que la gente de aquí redescubra otra nueva ciudad y otro mundo posible.
Desde el comité organizador os invitamos a participar en cualquiera de las opciones que os proponemos: tanto a través de los grupos de trabajo, presentando comunicaciones o póster, asistiendo a las ponencias y mesas redondas, a los distintos talleres con colectivos y experiencias, proponiendo y/o disfrutando de las actividades agroecológicas de ocio y culturales, y en todos los casos sumando ideas que alimenten este congreso.
Os esperamos en Córdoba los días 30, 31 de mayo y 1 de junio de 2018 para compartir agroecología y también sabores, colores y calores andaluces.
¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!
Por un mundo rural vivo.