Desde Veterinarios sin Fronteras presentamos, por segundo año consecutivo, este informe que revela quiénes son los verdaderos beneficiarios de las ayudas de la política agraria común europea (PAC).
Este año, entre los afortunados receptores de fondos públicos europeos, se encuentran marcas tan conocidas como Don Simón cuya empresa madre ha recibido 5,5 millones de euros, Campofrío con 2 millones de euros y la cadena de supermercados Mercadona que ha recibido 2,6 millones de Euros.
Con este informe denunciamos el “acaparamiento” de las ayudas, destacando que el 75% del dinero se queda entre sólo un 16% de los beneficiarios mientras que el 50% de las personas que han recibido ayudas, ha recibido cantidades por debajo de los 1.250 € en concepto de ayuda. Entre los grandes beneficiados por estas subvenciones también encontramos nombres muy conocidos como la casa de Alba que este año ha recibido 2 millones de Euros.
Estos datos contrastan con la situación agraria en el estado español. Al mismo tiempo que sucede todo esto, la agricultura familiar sufre una crisis de precios sin precedentes, aplastada por una agroindustria cada vez más poderosa y unos supermercados más agresivos. Ante la imposibilidad de recibir un precio justo y digno por su producción (por la inexistencia de una política de precios) miles de explotaciones familiares cada año se ven obligadas a echar el cierre, son literalmente “desahuciados” de sus tierras y sus explotaciones por la presión de los mercados, incluso los especulativos.
Un ejemplo esclarecedor el de las explotaciones lácteas: De cada euro que pagamos por un litro de leche, el beneficio se queda en un 70% en la fase de distribución (en ocasiones llega al 90%), el resto se lo queda la industria mientras que la explotación ganadera recibe un beneficio de entre 0 y el 1% . No es de extrañar que el número de explotaciones de este tipo se haya reducido dramáticamente; en 1994, existían en el estado español 140.000 explotaciones lácteas mientras que hoy solo quedan 23.000, en este último año, cuando ya existen realmente pocas ganaderías en activo, se siguen perdiendo 3 explotaciones diarias, la mayoría de ellas eran explotaciones familiares.
Encontramos más que decepcionantes los borradores de la nueva política agraria común, en pleno proceso de reforma, (concluirá en 2013). Estas primeras versiones no incorporan ninguna de las demandas realizadas desde las organizaciones agrarias y de la sociedad civil. Estas propuestas, elaboradas durante el proceso de participación abierto por la comisión europea, apuestan por políticas que garanticen la estabilidad de precios y que promocionen la producción familiar, local, diversa, ecológica y la comercialización en circuitos cortos:
En definitiva, una apuesta por la Soberanía Alimentaria, con sistemas alimentarios locales que estimulan las economías locales y generan empleo.