Justicia Alimentaria presenta el informe “Aprendiendo a enfermar. Alimentación insana en la población infantil y juvenil” para desvelar el tipo de alimentación que de manera mayoritaria consumen jóvenes, niños y niñas y cómo ésta afecta a su salud. Con el análisis de diferentes países y entornos socieconómicos el informe mapea los riesgos alimentarios a los que está sometida la población joven, sobre todo en aquellos países en los que la alimentación procesada e industrial tiene una presencia más elevada o se está expandiendo de manera acelerada. También se analizan los marcos normativos de tres países: República Dominicana, Honduras y el Estado español y los pasos deben que deben seguir para cambiar las políticas públicas en cada uno de ellos.
Durante la niñez y la adolescencia, la buena nutrición y las conductas dietéticas son importantes para lograr un crecimiento completo y una composición corporal adecuada, promover la salud y el bienestar, y reducir el riesgo de enfermedades crónicas en la edad adulta. El crecimiento tiene lugar a un ritmo constante durante la niñez y se acelera durante la adolescencia, lo que genera aumentos en las necesidades de nutrientes para apoyar el rápido crecimiento y el aumento de la masa corporal. La ingesta inadecuada de energía, proteínas o ciertos micronutrientes se reflejará en tasas de crecimiento lentas, maduración sexual tardía, masa ósea inadecuada y bajas reservas corporales de micronutrientes.
Además del impacto en el crecimiento y el desarrollo, las dietas en la niñez son importantes para garantizar la salud y el bienestar general porque los efectos negativos que puedan tener en la salud en edades tempranas se pueden arrastrar a lo largo de la vida. Las prácticas alimentarias afectan al riesgo de una serie de patologías, como la obesidad, la deficiencia de hierro y la caries dental. La nutrición inadecuada también reduce la resistencia a las enfermedades infecciosas, y puede afectar negativamente a la capacidad mental y física. La obesidad en la niñez y la pubertad está asociada con una serie de riesgos de salud inmediatos, como presión arterial alta, diabetes tipo2, síndrome metabólico, trastornos del sueño, problemas ortopédicos y problemas psicosociales. Además, es probable que las personas obesas en la adolescencia sigan teniendo sobrepeso en la edad adulta.
La epidemia de la alimentación procesada
Según la FAO, en la región de las Américas, el 58 % de la población vive con sobrepeso y obesidad (360 millones de personas), siendo Chile (63 %), México (64%) y Bahamas (69 %) los que presentan las tasas más elevadas. Cabe destacar que el aumento de la obesidad en América Latina y el Caribe impacta de manera desproporcionada en las mujeres: en más de 20 países, la tasa de obesidad femenina es 10 puntos porcentuales mayor que la de los hombres.
Si el problema es grave en la población adulta, aún lo es más en la infantil. Existen más de 41 millones de menores de 5 años con sobrepeso u obesidad a nivel mundial, lo que significa un incremento de cerca de 11 millones en los últimos 15 años. Si bien el sobrepeso y la obesidad se consideraban antes un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos están aumentado aceleradamente en los países de ingresos bajos y medios, en particular en los entornos urbanos. En África, el número de menores de 5 años con sobrepeso ha aumentado cerca de un 50 % desde el año 2000. Uno de cada cuatro menores con obesidad
y sobrepeso en el mundo vive en África, y cerca de la mitad en Asia. La prevalencia del sobrepeso infantil en menores de 5 años ha crecido de manera sostenida en los últimos 35 años y este crecimiento es más significativo en los países de ingresos medios y bajos.
En la franja de edad comprendida entre 5 y 19 años, en 2016 había más de 340 millones con sobrepeso u obesidad. La prevalencia ha aumentado de forma espectacular, del 4 % en 1975 a más del 18 % en 2016. Este aumento ha sido muy similar en ambos sexos. Mientras que en 1975 había menos de un 1 % de menores y adolescentes de 5 a 19 años con obesidad, en 2016 eran 124 millones (un 6% de las niñas y un 8% de los niños).
La alimentación insana está afectando enormemente a la población infantil en todo el mundo, con un número cada vez mayor de menores obesos y millones que desarrollan afecciones como la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial que, anteriormente, solo se observaba en personas adultas. Así, más de 3,5 millones de niños y niñas tienen diabetes tipo 2, afección que era desconocida en este grupo de edad y puede conducir a complicaciones graves en la vida posterior, como amputaciones y ceguera.
Esta investigación forma parte de la campaña Dame Veneno y viene a complementar estudios previos en los que se ha analizado en profundidad el marco general de la alimentación insana: Viaje al centro de la alimentación que nos enferma y Mi primer veneno, la gran estafa de la alimentación infantil de 0-3 años.
Lee el informe completo