Soberanía alimentaria en Uganda y en casa

22/04/2010 | VSF Justicia Alimentaria Global

Con motivo de las charlas que se realizaron el 23 de abril en Euskadi, Iván Navarro y Arrate Corres, de Veterinarios Sin Fronteras, mantuvieron una breve conversación radial, donde explicaron el trabajo de VSF en Uganda y Euskadi, y cómo es posible defender la soberanía alimentaria desde casa.

“Llevamos trabajando desde 1998 en Uganda con proyectos de defensa y promoción de la soberanía alimentaria. En comunidades campesinas de la zona de Teso, tratamos de apoyar iniciativas campesinas que defiendan la agricultura campesina, familiar y de modelos sostenibles y endógenos. Todo en un momento en que la nueva revolución verde se está implantando en África, afectando a la diversidad del campesinado africano”, dijo Navarro.

También explicó que hace unos años se están empezando a firmar en Uganda los Economic Partership Agreement (EPA), con los cuales se está tratando de liberalizar el comercio agrícola: “Desde hace cuatro años se empezó a modernizar la agricultura en Uganda, lo que supondrá un golpe bastante duro en un país donde el 80% es pequeño campesino, el cual tendría que enfocar toda su producción al mercado”.

 En 2006, con las elecciones en Uganda y la creación de un partido de oposición, se empiezan a crear tejidos asociativos nuevos obreros y campesinos. “No hay muchos gobiernos africanos que defiendan las corrientes panafricanistas ni la soberanía alimentaria. Y Uganda, que tendía a apoyar el desarrollo de su pueblo con una visión más social, lo está perdiendo. Ahora mismo los beneficios económicos van a las zonas que apoyan a al presidente Museveni, dejando a las otras bastante dejadas”.

Navarro explica que la reciente liberalización de los mercados agrícolas en Uganda ha generado bastantes consecuencias. “El gobierno daba servicios públicos gratuitos a nivel de ganadería y de agricultura para apoyar el desarrollo de las comunidades agrícolas y todos esos servicios se han privatizado con la nueva 'revolución verde', que tiene la visión filantrópica de las familias Rockefeller y Bill Gates. Lo que intentan es impulsar una modernización del campo que le dice al pequeño campesino ugandés que producir para el mercado, cuando la población ugandesa no llega a cubrir las necesidades básicas de autocosonsumo”. 

Sobre el rol de las grandes laboratorios productores de transgénicos, Navarro contó como las compañías llegan ahí, roban las semillas locales, hacen estudios y luego las patentan (obligando al campesino a pagar por ellas todos los años). “En Uganda, las semillas aún no son híbridas; no son todas genéticamente modificas, y le están dando cierto margen al campesino”.

 “Nosotros trabajamos en el sur con iniciativas campesinas que defiendan la soberanía alimentaria. En Uganda, trabajamos con 45 comunidades campesinas organizadas en los proyectos integrales, en la zona de Teso. Son proyectos que defienden el paradigma de la soberanía alimentaria con cuestiones muy concretas. Fomentamos proyectos productivos, razas locales semillas autóctonas y, sobre todo, incidiendo en la organización comunitaria. El tejido asociativo ugandés, debido a que hasta hace poco el gobierno era el único partido, estaba en pañales. Una de las iniciativas es fortalecer este tejido asociativo para darle más peso a las comunidades campesinas.

Luchar desde casa.
También explicó que, desde Europa, como consumidores, podemos luchar por la soberanía alimentaria. “Lo primero es la consciencia que debe tener el consumidor sobre qué productos consume. En VSF fomentamos el consumo de productos locales, ecológicos y con base de soberanía alimentaria. El consumidor tiene una voz importante y por eso ofrecemos estas jornadas, porque no solo podemos actuar desde el sur sino también desde el norte.

 Al respecto, Arrate Corres, afirma que el trabajo en Euskadi tiene muchas similitudes con el que se realiza en Uganda, aunque aquí se haya tecnificado el campo: “Con las compañías, el poder privado y el modelo productivo entraron sin tener en cuenta el desarrollo local y rural. Lo que se hace, desde la delegación de Euskadi, es apoyar estas organizaciones campesinas, favorecer y trazar ese modelo de soberanía alimentaria, hacer encuentros, sensibilizar en la medida de los posible con charlas, intervenciones en escuelas, movimientos sociales para fortalecer y tejer una red a favor de la soberanía alimentaria”.

También mencionó las nuevas cooperativas que se forman entre productores y consumidores, y cómo se intenta visibilizar estas alternativas. “Pensamos que la única opción es consumir de determinada manera y no es así. Hay productores que están dispuestos a producir con principios sociales y ambientales. Se ha conseguido formar un tramado de productores y consumidores... la soberanía alimentaria se puede incluir en el día a día de cada persona.

 

 

 

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